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De Rodolfo Elizondo, a José Ramón Enríquez

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Dos hechos ocurrieran en esta semana que languidece, en los que se ven involucrados dos protagonistas de la vida política, uno de larga trayectoria, y otro, de historia más corta y accidentada.
Rodolfo Elizondo (el negro), deja, después de más de cuatro décadas, según lo expresó, el partido Acción Nacional (PAN). Es el final de una estirpe panista que vine desde los años cuarenta, o cincuenta, con Jesús H. Elizondo.
Rodolfo Elizondo destaca por su liderazgo, cuando gana la presidencia municipal. Luego se inserta en la generación de los llamados “bárbaros del norte”, durante el liderazgo nacional de Manuel Clouthier.
Como diputado federal vivió la intensidad política. Se asegura que Cuauhtémoc Cárdenas le ganó la presidencia de la república a Carlos Salinas de Gortari, y con la quema de boletas electorales, avalada por los diputados del PAN, no se pudo comprobar el fraude.
Luis H. Álvarez y Diego Fernández de Ceballos, hicieron con salinas de Gortari la gran negociación política, germen de lo que hoy es el Prian. Rodolfo Elizondo aparece en fotografías y videos enfrentando a los diputados del PRD, (de ese tiempo), que intentaban impedir que las boletas fueran quemadas.
A Rodolfo Elizondo, como legislador, le tocó vivir el surgimiento del zapatismo, guerrilla surgida en la selva de Chiapas en 1994, e integrar la comisión plural de diálogo. Fue Senador de la república; del 2003 al 2010, secretario de turismo en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Se afirma que a él y a su sobrina Patricia Flores, es a los que mejor les fue en el PAN.
Pero la aristocracia panista a la que perteneció “El Negro” su fue diluyendo, vinieron otras generaciones, ni el, ni su sobrina Patricia, eran parte importante del panismo. El Negro Elizondo no influía en nadie, no lideraba nada, sus soportes de apoyo nacionales estaban desgastados.
En nuestra opinión, se debería haber retirado a gozar de su fortuna de manera silenciosa, decidió renunciar al partido que tanto le dio, hoy, nadie lamenta su ausencia.
El Doctor José Ramón Enríquez, de vocación democrática en sus tiempos estudiantiles, se inserta en la esfera político-administrativa en el gobierno de Ismael Hernández Deras, como secretario de salud.
El carácter y temperamento del Dr. Enríquez no le permite reconocer la institucionalidad, terminó por confrontarse con Hernández Deras. Luego se engancha con Moreno Ovalle (QEPD), ex gobernador de Puebla y panista influyente, con su apoyo, llega a la presidencia municipal en una alianza con el PAN, sin ser panista. Vuelve a confrontarse con el gobernador Rosas Aispuro. Intenta reelegirse como alcalde, no lo consigue.
Como senador por minoría, se va al senado, desde donde aspira a ser candidato a gobernador, le gana Marina Vitela por paridad de género, se inconforma, argumenta que las encuestas lo favorecían. Decide irse al litigio, en el ínterin, usa la imagen del presidente López Obrador para argumentar su triunfo, sus seguidores agreden al dirigente nacional de Morena y a la candidata Marina Vitela.
Enríquez, afirma que todo el pueblo de Durango lo apoya, pero no lo demuestra, un día sí y otro también ataca a Marina, y afirma que tiene ganada en tribunales la candidatura. El tribunal electoral resuelve de manera definitiva que su recurso no es válido, queda Marina Vitela de candidata.
El Dr. Enríquez dice que seguirá luchando por Durango desde la sociedad civil, se regresa al senado, no sabemos cómo lo recibirán, lo más seguro es que se integre al grupo de Ricardo Monreal. O no

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