Don Carlos Herrera Araluce, decía en vida, que él “ni en la cama se volteaba”, esto, cuando le preguntaban si se cambaría de partido. Tiempo de hombres de palabra, fieles a sus partidos y convicciones. Hoy dan pena, se cambian como cambiarse de calcetines, y regresan a sus partidos de origen sin ningún rubor. Lo más lamentable, se cambian para jugarla de esquiroles.
Los partidos políticos han contribuido para ese fenómeno de emigrar de un partido a otro, unos como Morena, qué si ninguna restricción, recibe militantes de otros partidos, los cuales, juegan un papel verdaderamente lamentable, solo van en busca de dinero y control político, apoderándose de las franquicias sin asumir el mínimo compromiso.
Muchas veces he dicho que no soy de los que tienen contacto con los políticos, ni con los funcionarios, ni a los regidores conozco, la verdad, prefiero conocer a ciudadanos honestos, trabajadores, inteligentes y cultos que le permiten a uno crecer.
Por alguna razón he platicado con esos propietarios de la franquicia de Morena, y la verdad dan pena ajena, no saben que es la izquierda neoliberal, ni cuál es su razón de ser, preguntarles por la izquierda teórica lo menos que ponen es cara de desconcierto. Cuando se les pregunta porque no defienden ni al presidente, ni a la 4T como proyecto, la respuesta es absurda “no se trata de pelear sino de buscar equilibrios”, dicen, lo que es lo mismo, ser marionetas del poder.
Los partidos tradicionales, tienen mucha culpa de que se generen las deserciones, partidos sin seriedad, sin proyecto de nación, sin propuesta, sin capacidad de persuasión, que a lo único que se dedican es a descalificar todo, pierden base social, a la cual no le ofrecen más que rencor que se convierte en frustración.
En las pasadas elecciones. en las que se disputaron seis gubernaturas, tanto al PAN, como a PRI, les urgía ganar, aunque fuera los estados más débiles, como así sucedió. Ni Aguascalientes, ni Durango, son electoralmente significativos, si bien Aguascalientes tiene mayor movilidad económica, Durango ni política, ni económicamente es significativo.
A Esteban Villegas gobernador electo, le espera un negro panorama: Una deuda asfixiante, arcas vacías, proveedores indignados, empleados en protesta, universidad en crisis y los partidos que lo propusieron confrontados con el presidente, además de tener severa crisis interna, que los coloca en riesgo de desaparecer del escenario nacional.
No este critico escenario, Esteban Villegas, tendrá en verdad que vender ideas brillantes al presidente López Obrador para que le de apoyos extraordinarios, lo cual dudamos que lo consiga, y menos, si no se deslinda del gobierno anterior.
Que otra opción le queda a Esteban Villegas Villarreal, impulsar una migración hacia Morena, apoderarse de la dirección del partido, para luego él también irse a Morena, y hacer suyo el proyecto de la 4T. No es un absurdo, ante la profundización de la crisis de los partidos que lo candidatearon, que en lugar de ayudarlo lo llevan a la confrontación.
En las elecciones pasadas, El PRI gana a Morena por tan solo treinta mil votos y el PAN se va al tercer lugar con alrededor de cien mil votos, la verdad es que los panistas no votaron por Esteban. Es claro que Esteban Villegas Villarreal como candidato, estuvo por encima de los partidos que lo propusieron, su compromiso con ellos fue ganar la gubernatura, pero no acompañarlos en el suicidio político. O no.
