Al presidente nacional del PRI Alejandro Cárdenas Moreno, conocido como “Alito”, solo le falta que Claudio X González le organice una marcha que diga: si al INE no se le toca, tampoco a Alito. Y tal parece, que al ex gobernador de Campeche la militancia priista le hará lo que el viento a Juárez. Como dice el refrán: el que paga manda. Como Alito nombró a la mayoría de los consejeros políticos de ese partido, les dio línea para reformar los estatutos del PRI, y así, ser el fiel de la balanza en 2024.
Pero también se dice, que no tiene la culpa el indio sino, el que lo hace compadre. No se recuerda al menos, en la historia reciente del PRI un dirigente tan cuestionado, con problemas legales, desprestigio y presentar cuentas alegres en los resultados electorales del tricolor. A Alito solo le faltó perder la camisa frente a MORENA y sus aliados. Pero eso no lo es todo. Hoy pretende, gracias a la reforma del artículo 83 párrafo 37 de los estatutos, decidir quién será el candidato de la Alianza. Y ya encarrerado el gato, diputaciones, senadores y las pluris. Y él, por supuesto, ser el candidato a la presidencia de la República en 2024.
Después de todo, lo que realmente se juega en esta reforma, es ni más ni menos, la lucha por el poder y regresar en el 2024. Miguel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu Salinas, encabezan la “rebelión” en contra de las ambiciones de Alito, al pretender alargar su periodo como presidente del PRI. Para ello, presentarán recursos de impugnación ante el INE y el Tribunal Electoral Federal. Los resultados a favor o en contra de la reforma serán los mismos. Un PRI dividido por la lucha hacia 2024, un partido que desde los tiempos de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, perdió la brújula al entregarle al PAN la presidencia de la República en el año 2000.
Si bien es cierto, que los priistas regresaron a los Pinos en 2012 con Enrique Peña Nieto, ya no pudieron ser el otrora partido de Estado y tampoco, el presidente de la República jefe del partido. Hasta Roberto Madrazo, hoy convertido en el primer demócrata de los priistas, ha levantado la mano en contra de “la dictadura que pretende Alito”. Por cierto, no es la primera vez que Miguel Osorio Chong encabeza al grupo de “demócratas” al interior del PRI en contra de Alito. Lo que la élite del tricolor quiere es algo muy sencillo: quitar a Alito para ponerse ellos. Lo que el clásico quiso decir, Miguel Osorio Chong quiere ser el candidato de la alianza y del PRI, a la presidencia de la República.
No somos Florencio Rodríguez o Walter Mercado, para saber si Alito se va o se queda. Da la impresión que Alejandro Moreno Cárdenas, como la canción, quiere vender caro su amor al partido. Alito tiene su talón de Aquiles y los priistas lo saben. Con toda confianza, le pueden pedir información a la expriista Layda Sansores. Y hablando de mujeres y de traiciones, en realidad el problema no lo es Alito, son los grupos de interés al interior del partido, la lucha por el poder para que todo cambie y todo siga igual. En el fondo la salida de Alito no resuelve los problemas estructurales del PRI.
