Este año, el Ambiente Político estará marcado por los comicios en Coahuila y el Estado de México, donde el PRI, con ayuda de sus aliados, PAN y PRD, defenderá esos dos importantes bastiones de los embates de la 4T, que contará abiertamente con el apoyo de Palacio Nacional. 2023, además, estará impregnado de los efectos de la pugna por la sucesión presidencial de 2024, donde la disputa parece ser únicamente entre las corcholatas cuatroteístas, puesto que la oposición sigue batallando para arrancar, por lo que el desfile corcholatezco, de forma estratégica le aportará a los objetivos del tabasqueño. Bajo este escenario, particularmente en Durango, algunos cuadros políticos, que están en activo en diversas trincheras, entrarán en una intensa etapa de preparación, para, eventualmente, enlistarse entre los perfiles que ocuparán el frente de batalla para los distintos puestos de elección popular del 2024.
El PRI que resurgió tras el triunfo del año pasado, cuenta con un evidente control territorial, mismo que le arrebató -prácticamente- a todos los partidos, incluyendo a sus aliados. Su presidente estatal Arturo Yáñez, ha sabido darle un trato terso a la renovación de los comités municipales, así como a sectores y organizaciones. Desde luego, tener en Esteban Villegas al Jefe Político, facilita la tarea, pues el de San Juan del Río, sabe tomar decisiones. Es por ello que la disciplina de la militancia priista, más aún, la de sus liderazgos, ayudará a mantenerles las “pilas bien recargadas”, y también, primordialmente, las ambiciones moderadas. Acción Nacional por su parte, ya con la dirigencia renovada, a unos días de formalizar el cambio de estafeta con Mario Salazar al frente, deberá estar plantado en el territorio, fortaleciendo a los perfiles que han mostrado una conexión real con los subcomités, pero, fundamentalmente, aplicando la sensatez suficiente, para extirpar a los “impresentables”, que han sido la causa de su debacle y que tarde o temprano serán objeto de la acción de la justicia.
En MORENA, la unidad es un hueso duro de roer. Existe cierta quietud, porque la presidenta Lourdes García Garay, realiza muy pocas apariciones mediáticas. Desde luego, se percibe una clara división de grupos, que como ha pasado anteriormente, se va a agudizar a medida que se acerque la tan ansiada definición de los aspirantes, ya que, en la lógica cuatroteísta, en el 2024 con la inercia de la sucesión presidencial, los pronósticos son más alentadores, sin embargo, ¡en MORENA están bárbaros! Entre ellos, después de la calma, viene la tempestad. Habrá que añadirle el elemento PT-Gonzalo Yáñez, que será factor de discusión en el morenismo tras los resultados del 2022, despertando más polémica que el Verde de Gerardo Villarreal, a pesar de que el partido del Tucán, no la tiene tan fácil, existen grandes retos para ellos en lo particular, aunque en el escenario nacional, no deja de ser valioso para la 4T.
Movimiento Ciudadano está en una etapa de preparación diferente. Ha logrado obtener una identidad propia como partido bajo la dirigencia de Martín Vivanco. MC tiene la posibilidad de fortalecer su presencia territorial a través de sus liderazgos, con elementos que los diferencien de las demás ofertas políticas. Ciertamente, parecen no sentir la presión del tiempo en la búsqueda de ese objetivo, sin embargo, los personajes que se están perfilando para 2024, deberán construir sus proyectos con mayor solidez, dado que no es factible que el Movimiento Naranja, al igual que los otros partidos, dependa electoralmente del potencial de un solo personaje.
