En Palacio Nacional, ya sabemos quién, dio la voz de arranque a las corcholatas rumbo a las encuestas y al proceso interno de MORENA. En este contexto, al parecer, Marcelo Ebrard logró hacerse presente en el tema del piso parejo para todas las corcholatas. Esto significa: quienes son funcionarios públicos tendrán que renunciar a sus puestos y los de elección popular, pedir licencia según sea el caso. Son funcionarios públicos, Marcelo Ebrard que ya renunció a la secretaria de relaciones exteriores y Adán Augusto Hernández López, secretario de gobernación.
Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal ambos electos por voto popular, pueden pedir licencia por el tiempo que dure el proceso para la candidatura de MORENA. Ahora, solo queda que las cuatro corcholatas se pongan de acuerdo en el método de las encuestas, para definir la candidata o el candidato a la presidencia de la República. Y hablando de piso parejo, Marcelo Ebrard les ha pedido a quienes forman parte de su equipo, congruencia, es decir, que renuncien a sus puestos, como es el caso aquí en Durango de Nacho Aguado. Para nadie es un secreto, que nacho desde hace mucho tiempo, le apostó al ex canciller Marcelo Ebrard, y ya presentó su renuncia a la delegación de Relaciones Exteriores.
Nos enteramos que la senadora Martha Lucía Mícher Camarena, coordinadora del proceso interno de Marcelo en MORENA nombró a Nacho Aguado como representante en Durango de Marcelo Ebrard. Esto es un voto de confianza de Marcelo para Nacho, en premio a su lealtad al ex secretario Ebrard. Y también, quien se la jugará en Durango por la causa de Marcelo, es la periodista Norma Huizar quien representa a la esposa del ex canciller, para buscar el apoyo de la sociedad civil, con miras a que Ebrard gane en su momento, la encuesta en Durango.
¿Qué significa ser congruente? Sería, dejar atrás la cultura del oportunismo y en su momento la famosa cargada. En política, el oportunismo y la cargada son parte de los usos y costumbres de la clase política mexicana. Esta es una oportunidad para todas y todos, los simpatizantes de las llamadas corcholatas y que lo hagan de manera pública. Si entre ellos, algunas son funcionarias o funcionarios públicos, deberían renunciar a sus puestos y los de elección popular, mínimo que pidan licencia. De no ser así, eso del piso parejo, solo sería demagogia y retórica. En muchas ocasiones, funcionarios públicos utilizan recursos de nuestros impuestos, para sus fines personales y quienes son representantes populares apoyan a una corcholata pero jamás, son congruentes.
En política como en el amor nada está escrito. Todo puede suceder, pero también, los mensajes que se mandan desde Palacio Nacional llevan destinataria o destinatario. Pero más allá de eso, la sociedad espera de la próxima presidenta o presidente de México, que siga cambiando este país, que deje de ser el México de un solo sexenio, de un partido o de una alianza cualquiera que sea su nombre.
