Crear una ciudad de acción es un proceso colectivo y continuo, requiere un plan de trabajo concreto y bien direccionado con un fuerte liderazgo político y un compromiso firme, la participación e implicación de todas las partes interesadas, diversos eventos de celebración con un alto grado de entusiasmo e inspiración, facilidad de acceso y experiencias placenteras para todos los ciudadanos, un monitoreo y evaluación adecuados del progreso y una financiación sostenible y segura. Pues justo esto es la que ha estado sucediendo en el municipio de Durango a partir del primero de septiembre del año 2022, cuando José Antonio Ochoa asumió la presidencia municipal de la capital del estado. ¿Qué pueden hacer las autoridades de una ciudad, una región, una provincia o un municipio para que su territorio sea reconocido en el mundo? En los últimos años, se han multiplicado las diferentes estrategias para visibilizar y proyectar en el extranjero, la identidad, una imagen, un modelo o una marca que haga reconocible internacionalmente un territorio, por lo que inevitablemente surge la pregunta de qué hacer para que un territorio sea atractivo para el turismo, la inversión extranjera, el comercio, los negocios y el talento. Pues pareciera que Toño Ochoa tiene la respuesta, prueba de ello es que nuestra ciudad y el entorno de ella está más chula que nunca. Un año ha bastado para darnos cuenta que nuestro Presidente Municipal le preocupa y le ocupa la ciudad y el municipio que gobierna. Comedores comunitarios que le dan tranquilidad y bienestar a cientos de familias, proyectos productivos con acceso a créditos para los ciudadanos, miles de metros cuadrados pavimentados, un innovador presupuesto participativo que ya ha comenzado a dar resultados, mayor seguridad pública y algunas acciones más que han convertido a Durango en una ciudad y en un municipio de acción. Así, como sus ciudadanos, las ciudades tienen una identidad propia, la cual está en constante evolución y construcción. La geografía, la cultura, la economía, la población, la oferta de servicios y el reconocimiento de un modelo de territorio son algunos de los elementos principales que contribuyen a forjar dicha identidad. La identidad se puede entender como una dimensión básica que define a los individuos y a los grupos humanos en función de su cultura y sus prácticas colectivas más acentuadas. La identidad de una sociedad se forma y forja con elementos tan variados como la historia, la lengua, la religión, el clima, la geografía, el paisaje, etc. Las ciudades del siglo XXI persiguen cada vez más una imagen consolidada: ciudad del arte, ciudad bella, ciudad ordenada, ciudad eficiente, ciudad sustentable, ciudad mágica, ciudad rica, ciudad vibrante, ciudad incluyente, etc. Cuando éstas cualidades se arraigan en el imaginario colectivo, son incluso capaces de determinar el destino de la ciudad. De la mano y liderazgo de Toño Ochoa, por ese rumbo vamos en Durango. Poco a poco, pero con paso firme y constante, nos estamos convirtiendo en una ciudad chula, vibrante, de acción. La imagen que identifica a un territorio no es irreversible. El factor emocional es esencial ya que permite seducir al inversionista sobre la importancia de invertir su capital en la ciudad, al talento para quedarse a vivir y a los turistas para que vuelvan a visitarla. Sin embargo, la identidad de un territorio no está escrita en la piedra, una ciudad puede transformarse profundamente y con ello dar lugar también a un cambio en las percepciones que de ella tienen los demás. Los conceptos anteriores han sido entendidos y practicados por nuestro alcalde Antonio Ochoa, que desde que se levanta hasta que se acuesta, lo hace pensando en darle un nuevo rostro y una nueva identidad a Durango, pues a diferencia de muchos políticos, Toño disfruta su trabajo, ya que está consiente que la vida le ha dado la oportunidad de servir a sus paisanos, a su terruño y en ese propósito hay que hacerlo bien, con trascendencia, con perdurabilidad, que se note, para decirlo en pocas palabras. Tan solo diez meses han bastado para comenzar a cambiar el rostro del municipio, prueba de ello es que los ciudadanos se identifican con la imagen y los valores que sobre su ciudad intenta proyectar el gobierno local. Bajo el gobierno municipal de Toño Ochoa, Durango se está convirtiendo en una ciudad con personalidad propia que despliega múltiples posibilidades de acción para la formación integral de sus habitantes y, por lo tanto, enriquecer la vida de sus ciudadanas y ciudadanos.
