Una decisión que sin duda llamó la atención, fue la llegada de Jhonatan Jardines Fraire como delegado de Bienestar en Durango; y es que me parece que era una posición para un duranguenses con las capacidades para el cargo, que forme parte de la Cuarta Transformación y sobre todo, que entienda cómo y en dónde son la prioridad los programas del Gobierno Federal en nuestra entidad. Esto sin duda ha generado una serie de comentarios en contra de la designación del originario de la CDMX, que hasta donde se sabe se dio directamente desde Palacio Nacional, es decir, el nuevo “súper” funcionario está bien relacionado con Claudia Sheinbaum.
Y es que basados en la experiencia previa, no solo dentro del pasado sexenio, sino desde tiempos en los que gobernaron el PRI y el PAN a nivel nacional, enviar perfiles que no sienten esa identificación con la tierra, difícilmente se crean esa sinergia social, no basta con que haya programas sociales buenos o exitosos, se trata de que lleguen a las zonas que deban hacerlo, con la sensibilidad de la responsabilidad, pues no se trata de imponer funcionarios para obtener resultados en lo electoral, sino que también se muestren empáticos con su gente, repito, con su gente.
Alineados.
Hasta donde sabemos esto no cayó bien en un amplio sector del morenismo, sobre todo quienes tienen ya alguna responsabilidad, sin embargo tendrán que estar alineados con las decisiones que se tomen en Palacio Nacional, tipo la disciplina férrea que profesaban en el Revolucionario Institucional en sus mejores épocas, pues de nada les sirve a los militantes cuatroteístas duranguenses estar conflictuados con quien llevará “mano” en los programas sociales, todos quienes ya son representantes o quienes quieran serlo en un futuro próximo, requerirán de la principal “herramienta” electoral que tiene el partido en el poder, la asistencia a través de la distribución de los recursos. Habrá que esperar a ver si el nuevo funcionario no aspirará más adelante a una candidatura.
Candidaturas.
Otro elemento que llama nuestra atención, es que este nombramiento se da justo unos días en que se publicó una información referente a que Jhonatan Jardines, mientras fue delegado de la dirigencia nacional en Durango, fue señalado de vender candidaturas y también espacios laborales en el Gobierno Federal, a lo cual el propio funcionario lo ha negado. Realmente no encuentro la razón por la cual se le otorga el nombramiento previo a que haya una situación clara en cuanto a estos señalamientos, pues no se sabe incluso si pudiera haber algún tipo de denuncia presentada en su contra en las instancias correspondientes al interior del partido. Hubiera sido lo más sano.
Perfiles.
En Durango sí existen perfiles para esta responsabilidad, y creo que dejarlos de lado es como no reconocer el trabajo que se ha hecho, pues de nada ha servido estos años de defender los colores de un proyecto político cuando no se reconoce esa actividad, es una cuestión de justicia. Si en verdad este nombramiento estuvo “palomeado” por Claudia Sheinbaum, me extraña que ni siquiera se hayan tomado el tiempo para analizar en qué entidad debería estar cada “súper” delegado originario de ese mismo estado, vamos, no pasó ni una semana en que la Presidenta asumió cuando ya se están dando estos acomodos, en algo que es vital para la continuidad del proyecto. Me parece que análisis, no hubo.
Durango.
Una vez concretado este encargo en la persona de Jhonatan Jardines, lo que le corresponde ahora será desprenderse de colores partidistas y trabajar de la mano con el Gobierno del Estado y los municipios por el bien de los duranguenses, así como lo ha hecho Esteban Villegas con la Presidenta, o los legisladores de Morena con el Ejecutivo Estatal, en todo, la prioridad es Durango y su gente. Punto.