Muchos mexicanos con un promedio de edad entre 50 y 70 años de edad, seguramente recordarán aquellos tiempos hegemónicos cuando un solo partido político hacía, a su antojo, lo que quisiera en torno a nuestras leyes y la forma de gobernar, no había oposición que pudiera contrarrestar las decisiones en cuanto a las políticas públicas que se implementaban; no había órganos autónomos que pudieran evaluar o señalar la opacidad gubernamental en cuanto al manejo de las finanzas. Es decir, excesos que a la postre llevaron a que los ciudadanos se cansaran de las mismas prácticas.
Pues tal pareciera que nos subimos a una “cápsula” del tiempo para “aterrizar” de nuevo en aquella época, con un partido que ya no es el Revolucionario Institucional, pero sí con muchos personajes que en ese instituto político militaron; hoy Morena se encuentra encumbrado en el poder y replica muchas de esas prácticas y ha quedado demostrado con la aprobación de la eliminación de algunos órganos autónomos que a muchos mexicanos les costó construir durante décadas, y resulta que, como en aquellas décadas privilegiadas del PRI, el Gobierno Federal será “juez y parte” con la eliminación de estos organismos. Así nuestra realidad.
Las golondrinas.
En la aprobación de esta eliminación solo faltó que mientras se llevaba a cabo la votación, de fondo se escucharan las golondrinas para el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI); la Comisión de Competencia Económica (Cofese); el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU); el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (CONEVAL). Y lo más lamentable es que el propio Gobierno Federal absorberá las funciones que aquí se hacen hasta hoy, algo que tiene claros síntomas de autoritarismo.
INAI.
No hace falta hacer un análisis a fondo de las consecuencias que traerá la desaparición de dichos órganos, pero en el caso específico del INAI, es muy grave que por un “capricho” del expresidente Andrés Manuel López Obrador hoy se concrete este “descalabro” a la transparencia en el país, pues este instituto cuestionó durante su sexenio el hecho de haber reservado información de las obras que impulsó, declarándolas como “de seguridad nacional”; de ahí su enojo ante esta instancia. Pero siendo honestos, ¿apoco el propio Gobierno Federal va a responder las solicitudes de información de los ciudadanos?, pues claro que no, pues cuando sea algo en contra de la administración federal nadie otorgará esa información, pues por algo decidieron “guardar” los datos hasta por cinco años, y con esto, pues nadie podremos conocer en qué se gastan nuestros recursos.
Cíclica.
Así como lo mencionamos al inicio, la política también es cíclica y hoy Morena repite todas esas prácticas de la era del Revolucionario Institucional, por lo que no está demás que quienes hoy toman las decisiones en el país, desde cualquier rincón del territorio, sepan cuál será su futuro también, porque quizá no han medido que por uno o dos sexenios más que les pueda durar el respaldo social, tampoco será para toda la vida. Creo que deben medir mejor sus decisiones, defendiendo sus postulados cuatroteístas, que al final de cuentas les ha redituado en las urnas, pero de una manera más eficiente y sin esa “voracidad” legislativa, máxime cuando seguro tienen esos antecedentes del priismo en México.
Estados.
La propuesta, luego de ser avalada por la Cámara de Diputados y el Senado, se publicará en el DOF, y a partir de ahí, los estados tendrán hasta 90 días para eliminar sus institutos de transparencia, es decir, no quieren dejar “ni rastro” de lo que algún día se construyó para vigilar a los gobiernos. Así se acaba una era de transparencia y rendición de cuentas.