La carrera para la alcaldía de la capital tiene a tres aspirantes con características muy distintas, no solo por la brecha generacional o por el o los partidos que representan, sino que tienen, también, distintas visiones de la política, de la administración pública y hasta de la manera de hacer campaña. Martín Vivanco, de Movimiento Ciudadano, muy joven, con muchas ganas de comerse al mundo, pero con más ganas de señalar los errores, vicios y hasta los años de los otros, que de generar verdaderas propuestas, no solo sobre acciones particulares, sino presentando un plan estructurado de gobierno. ‘Gonzalo’ Yáñez, con muchos años recorridos, muchas campañas a cuestas y la experiencia de haber sido alcalde por allá de los inicios de los 90’s, misma época en la que dejó puesta su visión y, sin decir cómo, pero con mucha retórica de partido de oposición, señala y denuesta, a la vieja escuela de los que nunca fueron, pero siempre dijeron saber ser. Toño Ochoa, con la experiencia a cuestas, pero con el dinamismo de saber hacer campañas con elementos que lo muestren fresco, cercano y con capacidad para gobernar y tomar decisiones.
A diferencia de los dos primeros que menciono, el candidato de la coalición «Va Por Durango», además de acciones puntuales a lo largo de sus recorridos, también presentó el plan de un gobierno al que denominó «Decide Durango» que, aseguró, será abierto, comprometido y cercano a la gente. La sola presentación y hablar de tener decidido qué hacer con cada tema de tantos y tan complejos que son, por simple que pudiera parecer, denota profesionalismo y le otorga, en mi opinión, un tinte de seriedad, como aquel que sabe que no todo quedará en promesas de campaña, sino que deberá convertirlas en resultados, algo que la sociedad, hoy en día, le demandará al ganador desde el primer día, sin tregua ni lugar para pretextos.
Otro punto a su favor, es que su programa y su discurso, empatan también con los del candidato a la gubernatura por la misma coalición, Esteban Villegas, con quien asegura que trabajará en unidad para que los anhelos de los duranguenses se vean materializados, complementándose en temas como las jefas de familia, las niñas y niños, adultos mayores y acciones específicas como los comedores comunitarios, las estancias infantiles, equipamiento de policías y apoyo al deporte, todo esto estructurado en cinco ejes, que prácticamente empatan al plan estatal de Villegas.
En estos cinco ejes habla de bienestar y felicidad; de trabajar en la seguridad y bienestar de las familias; de ser un gobierno abierto; de trabajar en la competitividad y sustentabilidad del municipio y, por último, de trabajar por mejorar las condiciones de la economía familiar; todo esto mediante una descripción ambiciosa pero muy concreta de qué y cómo le hará en cada punto. Para competir, ya no solo basta prometer, pues cada vez es menos la gente que se deja llevar por las promesas, por lo que presentar un plan detallado de gobierno, puede convertirse en una gran ventaja competitiva que permita convencer a la ciudadanía y, sin más, hacer la diferencia.
