Fueron semanas y meses intensos para partidos, primero la competencia interna para lograr la candidatura, duras jornadas interna, luego, contra las propuestas de los aliados. En unos candidatos y partidos hubo más confrontación que en otros, es inútil negar que quedaron inconformidades, reproches, rabietas y pataletas, que aún, horas antes de la elección, se expresaban.
Luego la etapa del proceso a partir del reconocimiento de las candidaturas por parte de la autoridad electoral, y en caso de la judicialización que algunos pretensos interpusieron para impugnar y demandar la candidatura para ellos, se decidieron en los juzgados.
Luego entraron a la etapa del proceso electoral, y desarrollo de las campañas para persuadir a los ciudadanos para que votaran por las diferentes opciones. Campañas que como es normal, fueron de menos a más.
Se habló de que las campañas no prendían, que la debilidad de los candidatos no convocaba a las urnas a los ciudadanos. Este ritmo somnoliento se rompió, y terminaron a tambor batiente, con importante participación social.
Pese a lo corto de las elecciones, las actuales fueron de mucha fatiga ciudadana. Ya no por los excesos de propaganda que terminaban por desesperar, ni por la contaminación visual y auditiva insoportable, o los millonarios recursos y falta de fiscalización en que se incurría.
Hoy, la fatiga fue por la incertidumbre que generó la contienda, una lucha cerrada en la que nadie le daba respiro al contrincante.
A esta incertidumbre mucho contribuyeron las empresas encuestadoras que siempre dieron empates técnicos entre las dos alianzas, salvo las encuestas pagadas que poco convencieron a los ciudadanos por la obviedad, o lo absurdo de sus resultados.
No hay duda que la gente se incorporó a las campañas de manera participativa, ya con propaganda en sus vehículos, lonas en sus casas, asistiendo a los eventos masivos, o con un gran debate sobre candidatos y partidos que se apreciaba en cafés, gimnasios, restaurantes, centros laborales, y diferentes lugares de reunión.
Memes, imágenes, textos, artículos de fondo y comentarios, fueron catalizadores para hacer más activo el debate social. Contribuyeron a que las definiciones fueran más sólidas, y el “chisme” más sabrosón. Hubo otro ingrediente, la filtración de audios que, si bien, no fue algo nuevo, si los usaron de manera más variada y estratégica.
El debate nacional fue otro ingrediente que le puso pimienta a las campañas, “la toma y daca” entre contrarios y fieles, entre rubicundos y descoloridos no cejaba. Para darle más “sabor al caldo”, las filtraciones terminaron por dominar el escenario, algunos demudados, otros divertidos y a otros más importándoles un bledo.
Es la nueva forma de hacer antipolítica, pero finalmente, es la forma de elegir a nuestros gobernantes en una democracia que no termina por avanzar a maneras más civilizadas, con métodos menos truculentos y sucios. No obstante, es en los que los ciudadanos estamos inmersos y en los cuales debemos participar.
Hoy ha llegado la hora de la verdad, salgamos a votar, elegiremos gobernador y se renovaran las 39 alcaldías. Los resultados oficiales se darán a conocer el miércoles ocho de junio, pero las encuestas de salida, y conforme avance el conteo, se darán a conocer a partir de las ocho de la noche de hoy. No se descarta que algún candidato o partido se quiera adelantar declarándose ganador, por eso, es importante esperar encuestas de salida confiables. O no.
