Esteban Villegas envió mensajes de precisión, luego de las especulaciones que giraron entorno a la conformación de su gabinete. Su contundente victoria en las urnas, elevó las expectativas ciudadanas del gobierno, que a partir del 15 de septiembre, habrá de encabezar, y será precisamente la ciudadanía, quien evaluará sus primeras desiciones, pero éstas no obedecerán a la pretensión de quienes le hacen al “Walter Mercado” o a la “Mhoni Vidente”. Esteban es el nuevo jefe político en el estado, y así se debe entender. Los acuerdos establecidos en la coalición electoral, serán ratificados en el primer gobierno de coalición, integrado por elementos de los tres partidos aliados, y acompañado por connotados miembros de la sociedad civil, pero, a quien los duranguenses le pedirán cuentas del desempeño de funcionarios de la nueva administración estatal, será a Esteban.
En ese sentido, que el Gobernador Electo haya dicho que “no hay nombres”, precisando que está en contra de que la gente se “eternice” en las funciones, no deja lugar a dudas, que su objetivo primordial es enviar señales de cambio. Aseguró que se renovará toda la estructura; habrá nuevos responsables en primero y segundo nivel de secretarías y direcciones, sin embargo, dejó claro que existen personas en mandos medios, que dada su experiencia y capacidad, son fundamentales para la operatividad, por lo que, seguramente, formarán parte de su administración. Pero eso no es todo, el Jefe Político, también asumirá un rol de gran importancia para el futuro inmediato de su partido, de hecho, cabe recordar que Arturo Yáñez, presidente Estatal del PRI, desde el momento de la definición de Esteban como abanderado de la alianza Va por Durango, ya había dejado en sus manos el “timón de ese barco”.
En efecto, con Yáñez Cuéllar y Rocio Rebollo en la dirigencia del tricolor, el objetivo se cumplió a cabalidad. El Jefe Político sabe que los resultados favorables, también se alcanzaron gracias a la labor de delegados distritales. En Durango capital, estuvieron coordinados por Toño Morales y Yolanda Pacheco, con el apoyo y experiencia del Ing. Héctor Arreola Soria, y la asesoría del Prof. Alfredo Valles, un gran equipo recientemente reconocido por Arturo y Rocio, cuya misión fue elevar el voto priista. En promedio, el PRI aportó el 65% de sufragios a la alianza Va por Durango, con Carlos Güereca en el distrito 1ro; René Martínez en el 3ro y Fátima González en el 5to, mientras que Pedro Herrera en el 2do y Jesús González Smith en el 4to, superaron el 66% de aportación en votos tricolores. La estrategia partidista, indudablemente, fue efectiva.
Después de 6 años, el PRI vuelve a sus orígenes. En su proceso de reconstrucción, adoptó de nuevo las causas sociales, ahora, recupera una figura determinante en su formación histórica, que dará certidumbre al rumbo que habrá de tomar en adelante, permitiendo que se fortalezca la identidad del priísmo, a partir de los valores que los condujeron a la victoria, esos que cimbraron el Consejo Político Nacional: unidad y humildad. El buen desempeño del gobierno de coalición, será su principal carta de presentación, para que lo hecho en Durango, sea replicado en los procesos electorales subsecuentes, considerando que Esteban, el Jefe Político, será una voz con gran influencia a nivel nacional, no solo en el PRI, también en el PAN, el PRD y quizás, en otros partidos.
