No sabemos si Mario Puzo se inspiró en el PRI, para escribir su novela “El Padrino”. O lo mismo, Francis Ford Coppola, tomó en cuenta la historia de ese partido, para hacer una obra maestra del cine. Desde el asesinato de Álvaro Obregón, hasta el de Luis Donaldo Colosio Murrieta, también las traiciones han sido, el eje fundamental del partido que fundó Plutarco Elías Calles. Y ahora, son los herederos del tricolor quienes se disputan lo que podría ser la última llamada para que este partido no desaparezca.
Muchos no se explican como un personaje calificado por Miguel Osorio Chong de “mentiroso, corrupto y traidor” pudo llegar a ser presidente nacional del PRI. De priistas como Carlos Madrazo o Jesús Reyes Heroles, quienes con defectos y con virtudes, le dejaron un legado al PRI. Madrazo, por intentar democratizarlo y Heroles por darle voz a las minorías políticas de este país. El PRI no entendió, desde hace muchos años debió cambiar y en el pecado llevó a la penitencia. Por esa razón, hoy necesitan de otros partidos para ganar. Eso podría explicar porque Alejandro Moreno Cárdenas es el presidente nacional de ese partido.
Al final, los perdedores resultaron ser “las vacas sagradas del PRI”, miles de militantes que se quedaron en el camino para llegar a un puesto de elección popular. En el camino, perdieron a un priista que pudo cambiar el rumbo de ese partido y el de México cuando dijo: “veo un país, lleno de pobreza y de injusticias”. Estamos hablando de Luis Donaldo Colosio, que por decir la verdad en los tiempos de “solidaridad” le costó la vida. En este contexto, al parecer la regla en el “nuevo PRI”, es practicar: “en boca cerrada no entran moscas”.
Hoy “Alito” Moreno, intenta con un consejo político nacional a modo, reconciliarse con miles de militantes que no están de acuerdo que sea presidente de su partido. Sin que Miguel Osorio Chong, Omar Fayad, Carlos Marín o Claudia Ruiz Massieu hoy “expulsados” del tricolor, sean palomitas blancas, le harán falta en su momento al PRI. Pero el problema de los “expulsados” va más allá, en el fondo significa, una ruptura que podría reflejarse en la próxima elección presidencial. Por ejemplo, aquí en Durango, aparte de Arturo Yáñez Cuellar, ¿Cuántas amigas y amigos le quedan a “Alito”?
En privado, la mayoría de las y los militantes locales del PRI, no comulgan con Alejandro Moreno Cárdenas, no le perdonan que hoy solo gobiernen en dos Estados de la República, Durango y Coahuila. Pero eso no es todo; ¿Qué pasará si el Frente Opositor no gana la presidencia de la República y la CDMX? Esto nos llevaría a otra pregunta: ¿Qué sucederá con el PRI, se conformarán con unas cuantas senadoras y senadores, diputadas y diputados federales? Si no ganan la presidencia, el Frente Opositor será un fracaso.