El arranque de la candidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez Ruiz, estuvo de la mano con una estrategia que vale la pena analizar, desde el punto de vista mediático y su impacto en la sociedad. La hidalguense, muy a su estilo ha dejado de manifiesto, con el llamado “pacto de sangre”, que mantendrá los programas sociales de este gobierno.
Y es que me parece que es uno de los rubros a los que Gálvez Ruiz está decidida a dejar en claro, y ha usado una herramienta que es muy digerible socialmente hablando, pues a través de una firma, con su sangre, en un papel, busca decirle a las familias que pueden confiar en que la entrega de los recursos se mantendrá, de entrada porque ella siempre ha manifestado que es una acción positiva de la administración saliente de López Obrador, y que incluso avaló con su voto en el Senado.
Un compromiso que lleva como característica dejar impresa la sangre, es algo que más allá de ser un tema mediático para muchos, ya que los mexicanos, por alguna razón, le damos cierta credibilidad a un hecho así, y era fundamental para las aspiraciones de Xóchitl hablar con un lenguaje claro, y con ello tratar de contrarrestar la bandera que ha usado Claudia Sheinbaum, como la principal fortaleza electoral del movimiento “cuatroteísta”, los programas sociales impulsados por el Presidente. Gálvez Ruiz está obligada a ganarse esa confianza de las familias mexicanas que avalan dichos apoyos asistenciales.
Ahora bien, desde que López Obrador tomó las riendas del país, y que implementó estos esquemas, ha quedado de manifiesto que la estrategia en todas las elecciones que se han dado desde el 2018 a la fecha, ha sido la de enfatizar a los mexicanos que de llegar otros partidos al poder estas ayudas habrán de desaparecer, de ahí que se ha convertido en la “bandera” electoral para que muchos ciudadanos compren esa narrativa y puedan mantener esa hegemonía que ha mostrado Morena a lo largo de este tiempo, y que sin duda ha influido para tener en este momento la gran mayoría de los gobiernos estatales.
Por eso no solo Xóchitl Gálvez tiene la obligación de cambiar esa percepción, sino que los aspirantes a una curul en el Congreso de la Unión, pertenecientes a dicha coalición, también deberán “explotar”, pues es en el territorio donde la gente está convencida de que si no gana el partido de López Obrador, dejarán de recibir su “dinerito” como hasta hoy. Por eso el “pacto de sangre” buscará durante los próximos días de campaña ser la ruta que tratará de generar esa confianza social.
Aunado a lo anterior, la hidalguense también ha expuesto algo que me parece le generará buenos dividendos, cuando afirma que la pensión para los adultos mayores será a partir de los 60 años, y no de los 65 como actualmente está establecido. Esto le podrá abrir las puertas para crear una mayor sinergia con un sector de la población que ya podrá estar dentro de este esquema social y que hasta hoy no reciben ningún tipo de beneficio del gobierno. Desde luego se adelanta a una posible propuesta similar de la abanderada morenista, a menos que se busque replicar lo de Clara Brugada en la Ciudad de México, quien ha manifestado que estos apoyos serán a partir de los 57 años.
Es importante señalar, que ambas propuesta de Xóchitl Gálvez demuestran que tanto ella como su equipo, saben que las preferencias electorales en este momento no les benefician, y han buscado construir escenarios que permitan que eso se revierta, pues es natural que cuando algún candidato va arriba en las encuestas, es difícil proponer modificar algo que cambie el estado de cosas, como ocurre con Claudia, pues ella sabe que las políticas públicas de este gobierno, aunado a la aceptación del Presidente, son claves para ella, de ahí que busque mantenerse en esa “ruta.
