En plena efervescencia electoral de las precampañas en Durango, surge un elemento legal desde hace algunos años que no “empata” con la ética en el ejercicio de la política, y me refiero al hecho de que en la reforma electoral a nivel federal que permite que en cargos de elección popular se puedan mantener en el encargo mientras son candidatos al mismo tiempo, siempre y cuando se cumpla con la función para lo cual fueron electos; todo está bien desde ese ámbito, pero creo que la actividad proselitista requiere un tiempo, un respeto y atención de tiempo completo, incluso por ética se le deberá dar prioridad a una cosa o a la otras, a ambas el mismo tiempo considero que no.
Y es que esto no es exclusivo de ningún partido político, pues todos realizan este tipo de prácticas, hasta dirigentes partidistas que en este momento se encuentran en precampaña y no sueltan el “hueso” de quien lleva la “batuta” de cada instituto político, como el caso de Omar Castañeda de Movimiento Ciudadano. Sí, son figuras que legalmente están permitidas, pero aquí se trata de mandar mensajes claros a los ciudadanos que no se trabaja por intereses personales o de grupo, que en realidad el ejercicio de la política es con vocación de servicio. Pero el caso del emecista se repite prácticamente en todos los partidos en nuestro país, lamentablemente.
Morena.
Analizando particularmente el caso de este partido, y considerando que son bastantes los aspirantes inscritos para las presidencias municipales, sí podemos poner un par de ejemplos; el caso de la Senadora de la República, Margarita Valdez, que hasta hoy no se sabe que ya haya solicitado licencia como legisladora federal para dedicarse de lleno a la aspiración por la presidencia municipal; quizá podría ser porque en el caso de la suplente, Ángela Rojas, actual presidenta municipal de Canatlán, estaría buscando la reelección.
O lo que ocurre con la diputada federal Betzabé Martínez, quien hasta hoy tampoco ha solicitado esta licencia en San Lázaro hasta conocer los resultados de las encuestas al interior de este partido. Si bien en este momento hay receso en la Cámara Baja, sí sería positivo que se considerara ya este permiso y estar de lleno en la precampaña.
PAN.
La situación con el Partido Acción Nacional, y por consiguiente con el Revolucionario Institucional, porque van en coalición, es muy peculiar, ya que al determinar que no habrá aspirantes durante la etapa de la precampaña, no tendrán que solicitar licencia por ahora, es decir, si el abanderado fuera Toño Ochoa en este momento como no es precandidato pues él continuará con sus actividades como presidente municipal, teniendo desde luego los “reflectores” políticos, sociales y mediáticos por lo menos hasta principios del mes de abril, donde a pesar de que legalmente podría no solicitar licencia, creo que sí debería valorarlo. Este podría ser uno de los elementos que esta candidatura común está considerando, a pesar de que en el ambiente se sigue percibiendo la falta de acuerdos.
PRI.
Algo similar ocurriría en el caso del tricolor, en el caso de que Aly Gamboa fuera la candidata a presidenta o que vaya junto en la planilla con Toño Ochoa como síndica municipal, pues al no haber proceso interno en el PRI evidentemente podrá seguir desarrollando sus funciones hasta que llegue el momento de la campaña, donde sí deberá considerar dedicarse de lleno a la campaña. En el caso de que fuera Gabriela Hernández López, pues en este momento no tiene una responsabilidad de elección, solo partidista, por lo que estaría sin problema en una constitucional.
Insisto, lo legal se usa a conveniencia, pero cuando se cuestiona la ética en muchas ocasiones parece no importar, pues mientras haya sustento jurídico, no se comete ninguna falta, pero en ocasiones se olvidan que los ciudadanos somos los mejores jueces, y sí, todo juzgamos.