Justo en una semana más, los duranguenses despertaremos con la noticia de saber bajo quien recaerá la responsabilidad de llevar las riendas del gobierno del estado, los próximos seis años, pues será el domingo 5 de junio, cuando se libre la “Madre de todas las Batallas”, en la que dos mujeres y un hombre, tratarán de convencer al electorado de que son la mejor opción para asumir semejante responsabilidad, un sexenio que se avecina lleno de retos y de muchas complejidades en el entorno nacional e internacional, no por nada, fue importante escuchar en los dos debates que se organizaron a quienes aspiran a la máxima magistratura del estado, cada una de sus propuestas sobre los principales temas que le interesan a los duranguenses, mismos que a estas alturas, lo más seguro, es que ya hayan decidido por quien votarán y lo que pase en estos tres días, difícilmente los hará cambiar de opinión.
Tanto Esteban Villegas Villarreal, Marina Vitela Rodríguez y Patricia Flores Elizondo, saben la enorme responsabilidad que descansa sobre sus hombros, pues nada menos están solicitando al electorado, la oportunidad de dirigir a esta entidad y tratar de llevarla al siguiente nivel, un reto que ya se han puesto otros personajes de la política local y que por diversas circunstancias (principalmente presupuestales), no han logrado cumplir del todo sus promesas de campaña, de ahí que una vez que se conozca el resultado de las elecciones referidas, quien triunfe en las urnas, tendrá el enorme reto de evitar una polarización mayor de la sociedad con conflictos post electorales, que lo único que harán, es quitarle legitimidad a quien conquistó la voluntad ciudadana, un lujo que en definitiva, no se pueden dar quienes viven en este estado que seguramente, lo que querrán saber, luego de la la referida jornada electoral, es cómo serán esos seis años venideros en materia económica, empleo, seguridad, educación, infraestructura, etc.
Más allá de que se espera un abstencionismo alto (según las proyecciones que se han manejado hasta ahora), esperamos como duranguenses unas elecciones civilizadas, alejadas de situaciones que nada tengan que ver con un jornada que debería ser cívica y ejemplar, por lo que la labor que jueguen nuestras autoridades electorales, también serán determinantes y deberán dar certidumbre de que se respetará en todo momento el voto ciudadano, mismo que deberá estar exento de presiones de cualquier índole, de lo que el común denominador ya está harto, no por nada, es posible que solo vote uno de cada diez ciudadanos registrados en las listas nominales, esperando claro que la participación sea mayor, para así darle mayor legitimidad a nuestros próximos gobernantes.
Un tema que no es menor, es que de igual manera, se renovarán las 39 alcaldías del estado, en donde habrá cinco que serán de mayor relevancia y dependiendo de sus resultados, tendrán una gran injerencia en el resultado de la elección a gobernador, tal es el caso de Durango capital, Gómez Palacio, Lerdo, Santiago Papasquiaro y Pueblo Nuevo, mismas que guardarán especial interés, pues será en esas zonas limítrofes en donde se escriba buena parte de la historia electoral el próximo domingo 5 de junio, en donde se espera una jornada historia y en donde, deberá aceptarse la victoria de quien haya obtenido la mayor cantidad de sufragios en las urnas, sin embargo, conflictos postelectorales no se pueden descartar, lo que le dará mucho trabajo al Tribunal Estatal Electoral y a sus magistrados, quienes es altamente seguro que tendrán que trabajar horas extras inmediatamente después de la jornada electoral referida.
Al tiempo…
