Uno de los antagónicos de Andrés Manuel López Obrador, más influyentes, es sin duda alguna Claudio X González, quien junto con María Amparo Casar, fundó “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”, organización que surge en el 2015, según el periodista Miguel Badillo, con la finalidad de investigar el desvío de recursos del gobierno de EPN, esto como un acto de presión para seguir obteniendo ilegítimos beneficios; como la condonación de impuestos, cosa que como en los anteriores sexenios pudo lograr. Es por ello que la llegada de AMLO al gobierno, se convirtió para el en una verdadera pesadilla, pues desde el inicio del sexenio hasta la fecha, a perdido esta prebenda. Simplemente el mes de septiembre fue condenado a pagar 16.8 millones de pesos, tan solo como persona física, una cantidad muy menor, comparada con los enormes pagos que a tenido que realizar como persona moral.
Con miras a influir en los procesos electorales 2021/2022/ 2024 el empresario fundó: «Sí por México», una nueva organización basada supuestamente en una “agenda ciudadana”, la cual logró; que firmaran y prácticamente hicieran suya, los principales partidos de oposición, PRI/PAN/PRD, este fue el embrión de la coalición de los institutos políticos que integraron «Va por Mexico» tal como lo dijo Marko Cortez y Jesús Zambrano en el libro “La disputa por México” En donde el perredista reveló, que la primera reunión entre los líderes partidistas se realizó en la residencia de Claudio X Gonzales, además que Lorenzo Córdoba, sería un gran prospecto para abanderar la oposición en el 2024 ( mencionó que no sabía si estaba impedido constitucionalmente). Pidió que no lo ofendieran, preguntándole si Claudio X González, era su patrón, contestó: ¡Mi patrón no es! ¡Será de otros, mío no! Ni el ni Gustavo de Hoyos.
Hoy por hoy, se percibe que la coalición «Va por Mexico» está viviendo los estertores de la muerte, y por ello; ahora el magnate impulsa “Unid@s”, esto con la finalidad, de ser un nuevo bloque opositor rumbo al 2023/ 2024, así como proponer candidaturas únicas, a los dirigentes del PAN, PRI y PRD para las futuras elecciones. Pero por el momento su “falsa bandera” es suscitar la defensa del INE para evitar su “desaparición”, lo cual están vendiendo como una propuesta ciudadana, con el #DEFENDAMOSALINE o #ELINENOSETOCA incluso se está convocando a una marcha el próximo domingo.
Sin embargo la ciudadanía tiene “otros datos”, pues según la encuesta que realizó el propio INE, la cual aseguran trató de esconder posteriormente, refleja que un amplía mayoría apoya la propuesta de AMLO. Veamos: 93% esta de acuerdo con reducir dinero a partidos, 87% recortar número de legisladores, 78% elegir consejeros y magistrados por medio del voto, 74% reducir recursos para el INE, 52% sustituir el INE por el INEC. Esto lo único que revela, es que las autoridades electorales no tienen la confianza ciudadana que presumen, pero tampoco quiere decir que contar con el apoyo de la mayoría signifique que sea una reforma benéfica.
Lo primero que habría que hacer; es desmitificar la afirmación, que de aprobarse la reforma de AMLO, el INE desaparecerá. Recordemos que desde su creación, el INE (antes IFE) ha pasado por distintos cambios, y este sería uno más no implica perder autonomía. En cada sexenio, el mandatario en turno, busca realizar modificaciones y ahora no tendría por qué ser diferentes. El cambio de nombre es adecuado ya que ahora también realiza consultas. Los consejeros del INEC y magistrados del TEPJF, serían propuestos por los tres poderes y elegidos por medio de voto popular, actualmente son cuotas de partido. Reduce el número de diputados de 500 a 300 y senadores de 128 a 96. Reduce el número de consejeros de 11 a siete. Reduce tiempo de campaña de radio y TV. Financiamiento a partidos sólo en elecciones, estas entre otras propuestas.
La reforma de AMLO no termina con la democracia, pero se debe buscar la forma de mejorarla. El INE no se toca, suena como un mantra, un dogma de fe que cierra el debate, además el que lo propone es Claudio X González, nuevamente buscando sobajar el poder político al poder económico.
