
Vaya mensaje que envió el Presidente López Obrador, al señalar que podría vetar la cláusula de “vida eterna” a la que aspiraban algunos partidos, luego de que el “Plan B” fuera autorizado por el Senado de la República, pues manifestó no estar de acuerdo, incluso señalando que aunque todo lo demás se cayera, eso no debería de aprobarse.
De entrada es una clara señal que el líder del morenismo a nivel nacional no está dispuesto a ser condicionado por otros partidos con los que se han aliado, el del Trabajo y el Verde Ecologista, pues estas reformas a leyes secundarias les permitiría la transferencia de votos en una elección cuando vayan en coalición, y de esta forma si no alcanzaran el porcentaje mínimo para mantener el registro, que es del 3 por ciento, podrían recibir del instituto político que más haya obtenido sufragios los necesarios para su “supervivencia”, algo que sería prácticamente darle vida a quienes simple y sencillamente no obtengan la confianza ciudadana en las urnas, y buscaban hacerlo a través de estas alianzas.
Me parece injusto y poco democrático que los ciudadanos tengamos que seguir manteniendo partidos y políticos que no tengan la representación suficiente para seguir recibiendo dinero público, pues por el contrario, el asunto del porcentaje mínimo es para “adelgazar” el sistema multipartidista que tiene nuestro país, y que no hace más que mantener en la nómina a políticos que han encontrado por la vía de las alianzas espacios de representación sin verdaderamente merecerlos, por supuesto con el uso de las prerrogativas que por ley les corresponde.
La propuesta de modificación al proyecto que envió el Senado a la Cámara de Diputados, generó también una reunión en Bucareli, antes de la sesión del pleno, en las oficinas del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien recibió a los coordinadores de las fracciones de Morena, del Partido del Trabajo y del Verde en San Lázaro, determinando incluso que la reserva la harían los “verdes”, y así sucedió, quizá muy a pesar de estar cerca de tener “vida eterna” en nuestro sistema político, desde luego a cambio de votos en el Poder Legislativo, pero la señal había sido muy clara desde Palacio Nacional, eso no debería pasar, de no ser así, el veto estaba casi garantizado.
Tres partidos pisan esos “terrenos” de pérdida del registro, los ya mencionados, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, y también involucra al Partido de la Revolución Democrática, que quizá hubiera sido el tercer beneficiado de la propuesta y probablemente hasta respaldando el proyecto muy a discreción, pero también están en la “cuerda floja”, pues de no obtener el porcentaje mínimo de sufragios podríamos estar viendo la desaparición del instituto político que fundaron personajes como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, por mencionar solo a algunos. El PRD busca también, a través del PRI y del PAN su “supervivencia”, pero ésta no llegará si no cuentan con el respaldo ciudadano traducido en las urnas.
Más allá del proceso legal que inicien instituciones como el INE por la aprobación a las reformas de leyes secundarias, me parece que esta cláusula de “vida eterna” es una cuestión de justicia política para quienes pensamos que si verdaderamente el Gobierno Federal desea generar ahorros en nuestro sistema político, creo que esto es una verdadera alternativa, dejando que partidos “morralla” dejen de subsistir gracias a las alianzas, y no quitándole al “árbitro” electoral herramientas para seguir cuidando nuestra democracia, que desde luego es perfectible, pero me parece que nunca por encima de quien está obligado a generar los equilibrios políticos en México. Esto es de instituciones, y no de personas, porque la democracia la conforman muchos entes, no solo quien despacha en Palacio Nacional.