Uno de los recursos que quedan a los ciudadanos cuando sus gobernantes los agreden, les aplican políticas públicas abusivas y, en general, los desprecian como sociedad, es el del repudio público. El repudio es una especie de sanción social que se puede ejercer en la calle o en cualquier parte y contra eso, el repudiado no tiene defensa. Si se lanzara una convocatoria para elegir al político mas desprestigiado y repudiado de Durango, sin duda el ganador absoluto sería José Rosas Aispuro Torres. Un buen gobierno no sólo requiere funcionarios responsables sino también políticos responsables, y el doctorcillo en Derecho no fue ni una cosa ni la otra. Si hay corrupción en los gobernantes y en los funcionarios públicos es porque sus mentes han sido tocados por este vicio. El hombre es lo que piensa. Lo que realiza cada individuo es resultado de lo que está en su pensamiento, éste último es la fuente de los actos y comportamientos. Por ello, una conducta sana lo es a partir de un pensamiento sano. Para que los gobiernos sean eficientes deben contar con individuos sanos, hablando moralmente, lo que nunca ocurrió durante el sexenio del originario de Tamazula, que de inmediato enseñó el cobre. Recordemos cuando en el malogrado Festival Revueltas del 2018 a la directora del Instituto de Cultura se le ocurrió traer a Placido Domingo, solo que, con un costo de 30 millones de pesos, cuando el tenor por ir al Scala de Milán cobra 20 millones, lo que quiere decir que en este caso se robaron diez millones. Un gobierno rapaz, le metían mano a la cultura, a la salud, la seguridad pública, los juicios laborales, los alimentos, las partidas de los municipios y de la Universidad Juárez, se robaron el dinero de los uniformes escolares, en general un caos y despilfarro inaudito que en conjunto convierten al señor Aispuro en el político más repudiado de la historia de Durango.
Es tan impresionante el desprestigio, la deshonra y la infamia de este señor, que, hasta los panistas, que hasta el 14 de septiembre del año pasado le aplaudían y calladamente aceptaban su mal gobierno, ahora ya les salió la valiente y dicen que ni de chiste aceptarían que el güero fuera su candidato ni a jefe de manzana en futuras elecciones, pero eso sí, en sus oficinas Verónica Pérez tiene fotos de su exjefe por todas partes y casi le pone veladora. Las personas con principios sanos no roban, no mienten, no envidian, no son soberbias, ni egoístas, por el contrario, ayudan, enseñan, son verídicos, humildes en su trato, responsables en sus tareas, resuelven problemas y dan resultados en sus trabajos. Aispuro Torres hizo exactamente todo lo contrario y el pueblo se dio cuenta, por eso exige justicia, por eso quiere ver en la cárcel a los que se robaron el patrimonio de los duranguenses y que la impunidad que da la experiencia de gobernar y delinquir sin consecuencias no suceda en Durango. Este señor es tan pobre que lo único que tiene es dinero, pero obtenido de una forma deshonesta. El repudio y desprestigio de José Rosas Aispuro no sólo se mide por las negativas cifras que arroja su administración, sino por los niveles de rechazo que concita y la inmensa indignación que provoca el solo escuchar su nombre. Por eso en caso de que se aparezca, porque no ha dado la cara, no puede esperar que le aplaudan en los restaurantes o que los saluden en las calles. Para muchos ciudadanos no será un placer verlo en la plaza o en misa. Aispuro cosechó el odio, el desprestigio y el repudio que sembró. Los gobernantes tienen que entender que sus decisiones no siempre son bien recibidas, que lo que hacen afecta la vida de las personas y que los ciudadanos tienen un tope a su silencio. Cobarde, tonto, impotente, sinvergüenza, ladrón, inepto, incapaz… ¿Qué hizo el doctorcillo en derecho para ser el político más repudiado de la historia de Durango?
