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LOS HERRERA, UNA FAMILIA QUE HACE RUIDO TRABAJANDO Y AYUDANDO

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Ayudar a los demás es ayudarse a sí mismo. Al auxiliar a otros, se aprende a superar los desafíos propios, inspirando y proporcionando herramientas para que otros puedan tener posibilidades de solucionar sus complicaciones. Además, las personas que viven para servir, desarrollan sensibilidad, bondad y otras virtudesque no conocen muchos mortales. Cuando se ayuda a los demás, se obtienen más amigos y la vida se disfruta de otra manera. Desde temprana edad, Don Carlos Herrera Araluce se dio cuenta cuál sería su misión y propósito en la vida. Esa vocación le permitió amar lo que hacía y emprender tareas importantes a lo largo de su fructífera existencia. Hay hombres que al pasar por este mundo dejan una estela luminosa con recuerdos imperecederos que ni el transcurrir del tiempo logra borrarlos. Dueño de una aguda inteligencia, Don Carlos Herrera personificaba lo mejor de un espíritu que puso sus talentos al servicio de los demás. Poseía una infinita capacidad de trabajo, no solo en cantidad sino en calidad. Su sacrificio y entrega eran admirables cuando quería llegar a un objetivo, aunque este pareciera inalcanzable. Como empresario, logró construir compañíasdándole empleo a miles de personas en Gómez Palacio, logrando que su terruño se convirtiera en un importante polo industrial en el norte del país. Fue un ser humano que se preocupó por los desvalidos, herencia que le dejó a sus hijos y a sus nietos, que, forjados de la mano del patriarca, han logrado encaminar y mover a Gómez Palacio rumbo al progreso. Los hombres excepcionales viven su vida con mujeres excepcionales, como lo hizo Don Carlos con doña Vilma Ale. Los hombres excepcionales procrean hijos excepcionales y sus hijos hacen los mismo porque pertenecen a una estirpe diferente. Los Herrera hacen ruido trabajando y ayudando y eso ha sido motivo de ataques, calumnias, señalamientos y acusaciones que carecen de fundamento. Lo que causa envidas hacia esta familia no es el dinero, sino la esencia, la energía, el éxito, los talentos y el brillo que jamás podrán tener los que injurian y levantan falsos a una familia que, con trabajo duro, se han ganado un prestigio social y el cariño, respeto y agradecimiento de sus coterráneos. En estos tiempos en que el ser empresario parece ser sospechoso ante los ojos de muchas personas, es bueno recordar cuáles son las claves que dan lustre a esta vocación, que hacen que las personas que desempeñan esta labor sean reconocidas por sus trabajadores, por sus vecinos y por quienes les conocen. Reflexionar sobre estos elementos que hacen grande la función social del empresario y de las empresas que construyen es afianzar a la empresa como una institución positiva para la sociedad y a aquellos que saben dirigirlas en la dirección adecuada, como líderes que colaboran en la construcción de una sociedad mejor para todos. Los genes de las familias altruistas se trasmiten a la siguiente generación, de la misma manera que lo hacen las madres al cuidar de sus hijos. El enigma del altruismo reproductivo y del trabajo arduo no cualquiera lo puede entender, por ese motivo en algunas ocasiones la familia Herrera ha sido acusada de estar involucrada en cosas turbias, porque sus calumniadores no pueden aceptar que los Herrera se puedan dedicar a la política, a los negocios, a las fundaciones culturales o a lo que sea, pues su éxito está garantizado. Si alguien se detiene en cualquier calle de la zona centro de Gómez Palacio y le pregunta a quien vaya pasando si conocen a alguna persona que sea generosa y le encante ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, sin pensarlo la respuesta sería la familia Herrera, lo que incluye a los hijos y los nietos de Don Carlos, un ser humano excepcional que regaló pedazos de sí mismo a los que compartieron la existencia con él. Durante generaciones los Herrera de Gómez Palacio hacen ruido trabajando y ayudando, y así será siempre, pues los tigres no se preocupan por lo que dicen las ovejas.

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