Una asignatura que tienes pendientes los partidos políticos, de cara al proceso electoral del 2024, con la renovación de nueve gubernaturas, es la resolución que mañana podría definir el Instituto Nacional Electoral (INE), respecto a la paridad de género en estas entidades, pues de acuerdo a la resolución de las comisiones al interior del órgano electoral, el pasado lunes, podrían quedar cinco mujeres y nueve hombres.
Esto desde luego está generando mucha expectativa dentro de las coaliciones que se habrán de enfrentar en las urnas, pues a pesar de que la mayoría de los partidos ya tienen marcada una ruta en el proceso de selección de su abanderada o abanderado, la determinación del INE sin duda cambiaría todos los escenarios, pues si bien la mayoría de los representantes de los institutos políticos representados en el órgano electoral, salvo el Partido Verde, han manifestado la intención de que sean cinco caballeros y cuatro mujeres, el principio de paridad que justifican las y los consejeros electorales radica en que luego de esta elección deberá garantizarse, a nivel nacional, esa paridad sustantiva establecida en la Constitución.
Las comisiones que han avalado esta distribución de cinco mujeres y cuatro hombres, son la de Prerrogativas de los Partidos Políticos y la de Igualdad de Género y No Discriminación, y los partidos que se han manifestado en contra de la propuesta, argumentando que dichas comisiones están rebasando sus facultades, son el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, el de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano. Incluso llamó la atención que una de las consejeras electorales, Carla Humphrey, a manera de llegar a una “decisión salomónica”, propuso que se considerara la Presidencia de la República como parte de la paridad, para que entonces quedara en cinco y cinco, lo que fue rechazado por los miembros de dichas comisiones.
Como todo esto sí moverá los escenarios, me parece que los partidos lo que deberán hacer es poner en marcha un “plan B” para la designación de sus nueve aspirantes a los gobiernos estatales, porque aunque esta determinación podría llegar al Tribunal Electoral, impugnado por parte de los institutos políticos, me parece que para quienes aspiren será mucho desgaste dentro de cada negociación, por lo que las dirigencias nacionales deberán estar en alerta para saber cómo determinar a sus abanderados, pensando en que la mayoría, de estas nueve gubernaturas, serán para mujeres.
En el caso específico de Morena, me parece que esta resolución tendría para este partido dos escenarios, el primero en positivo, pues según lo que determine el Consejo General del INE mañana, este instituto político tiene perfiles de ambos géneros con muchas posibilidades de triunfo, algo que la oposición difícilmente podría considerar, pues en este último caso sí podrían existir diferencias en cuanto a las preferencias electorales, porque puede ser que una mujer con aspiración dentro del Frente Amplio por México, pueda tener mayores preferencias que un hombre, o viceversa. Y respecto al partido del Presidente quién sea que elijan tienen altas posibilidades de ganar.
Es escenario en negativo que también se podría presentar, es que la gran mayoría de los militantes no tienen como principal característica la disciplina, y quienes no resulten electos, como sucedió en nivel nacional, podrían empezar a hacer “boquetes” importantes para evitar con algún compañero o compañera, que sea el elegido por el “gran elector” de Palacio Nacional, pierda en las urnas. Esto es algo que ni el propio López Obrador, ni mucho menos Mario Delgado han podido evitar, sobre todo si pensamos que la forma de elegir deja demasiadas dudas, y si Morena llegara a perder alguna entidad, sería en parte responsabilidad de rebeliones internas.
