La travesía de Claudia Sheinbaum, antes de asumir de manera formal la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, tiene hasta hoy diversos obstáculos que tendrá que sortear, no solo porque el “bastón” de mando lleva consigo un desgaste natural frente a la sociedad por el alto índice de comparaciones que habrá con López Obrador; es decir, toma las “riendas” de un movimiento devaluado no por la oposición, sino por la inestabilidad que existe al interior.
Y es que a pocos días de que este instituto político defina quiénes serán los abanderados en las nueve gubernaturas que estarán en juego, donde deberán seleccionar a cinco mujeres y cuatro hombres, la disputa para definir el género por estado y el perfil idóneo, seguramente le ha ocasionado “dolores de cabeza” a la Coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación. Un reto que ella sola deberá definir, pues si bien el Presidente podrá palomear o vetar a alguien, Claudia Sheinbaum debe ser quien determine a los futuros gobernadores que estarán junto con ella los próximos seis años, de obtener la victoria en el mes de junio del 2024, incluida la Ciudad de México, decisión que podría salírsele de las manos si no respalda a su “delfín” Omar García Harfuch.
Desconozco hasta dónde esto le haya ocasionado cambiar los planes que ha desarrollado para recorrer el país, a manera de agradecimiento y campaña a la vez, pues en el caso de Durango ya en dos ocasiones durante este mes ha cancelado su visita al municipio de Lerdo. La primera se afirmó que por motivos de “agenda” se habría de reprogramar, y a finales de la semana pasada también, asegurando que es derivado de lo que ocurrió en Acapulco, pues se sumaría a las labores de apoyo a la población. El asunto es que si fue por esto o porque está más concentrada en lo que se tiene que hacer al interior de Morena para construir puentes de comunicación entre los grupos, pues suena más que lógico.
Sheinbaum también tiene como tarea cohesionar lo que se ha ido rompiendo en Morena, y muestra de ello es la escena que vimos en el Senado de la República, cuando los Senadores Malú Micher y Alejandro Rojas, increparon a Citlalli Hernández y a la presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera, porque los dos primeros exigían que se respaldaran como grupo parlamentario, al grado que la legisladora Micher Camarena amagó con retirarse de este partido. Más allá de que ella está identificada con la causa de Marcelo Ebrard, creo que el asunto es un reflejo de esa inestabilidad del trabajo que debería darse en “equipo”. Y esto es algo que se filtra, seguramente las cosas a puerta cerrada podrían ser más intensas.
Otro reto para la ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, será la designación de los espacios para el Congreso de la Unión, sin duda aquí será la clave para que su aspiración pueda concretarse, primero para que sean perfiles que le garanticen votos, pero sobre todo, que puedan tener mayoría absoluta en la próxima legislatura, pues de ahí dependerá que parte de su narrativa de campaña, que ya inició, se concrete, específicamente lo relacionado a la Reforma al Poder Judicial. De no lograrlo para ella sería un gran fracaso como poseedora de ese “bastón” de mando.
Justo en este tipo de “obstáculos” que atravesará Claudia Sheinbaum, sabremos de qué está hecha, si en verdad es solo un producto de un movimiento donde seguirá mandando López Obrador, o será que impondrá su propio sello político, bajo sus propias convicciones y estilo, si estará rodeada de un equipo que le permita ser diferente o si solo se dejará llevar por lo que le instruyan, incluso ya estando en Palacio Nacional. Ella tiene frente a sí una gran oportunidad de dejar huella, pero tiene que demostrar algo que hasta hoy no se le ve, poder de decisión.