Cuando parecía que era un mero trámite que la candidatura del PAN al Senado sería para una mujer, algo ocurrió en el Comité Ejecutivo Nacional que, de pronto, decidió no dar una definición en torno al género para ese puesto de elección popular, lo único que se sabe, es que a Acción Nacional le tocará siglar el primer lugar de esa fórmula y en segundo, a alguien emanado o emanada de las filas del Revolucionario Institucional, lo cual provocará que en los próximos días, se den dos registros que seguramente llamarán mucho la atención, la más cantada quizá para esa aspiración, indudablemente que es Gina Campuzano que no ha tenido empacho en gritarlo a los cuatro vientos y que lo más seguro, es que se registre este jueves; pero quien no estaba en la agenda -hasta hace unos días- es Jorge Salum del Palacio, mismo que ya presentó su registro por esa candidatura.
Nos aseguran que quien “azuzó” al ex alcalde para que se registrara por el Senado dentro de Acción Nacional, es ni más ni menos que Héctor Flores Ávalos quien presume una gran cercanía con Marko Cortés y que quizá ello, haya hecho que esa dirigencia nacional haya dejado en vilo el género para esa aspiración política en Durango, lo que irremediablemente provocaría una división entre una propuesta del primer panista de Durango, José Antonio Ochoa y ese grupo político que siente que puede llevar mano en esa candidatura, por lo que de imponerse, se echarían encima a varios actores políticos de primer nivel en la entidad y no solo de su partido, lo que no es ningún secreto y que conllevaría distintos riesgos.
Hasta donde ha trascendido, se sabe que será el Consejo Político Estatal del PAN, el que proponga quién debería ser la propuesta de ese partido para encabezar esa fórmula al Senado, misma que le harán llegar al Consejo Político Nacional que a final de cuentas, dispondrá su decisión y se la hará saber a Durango, de ahí que se haya generado ya una gran expectativa en torno al tema, pues de llegar a imponer Marko Cortés y compañía una candidatura que no sea del agrado ni del jefe político estatal ni del primer panista del estado, la posibilidad de una campaña de brazos caídos es latente, lo que provocaría un escenario más parecido al del 2018 que al del 2022, de ahí que todas las voces deban ser escuchadas antes de tomar una determinación.
A quien de plano no se puede brincar el Comité Ejecutivo Nacional, es justamente a Mario Salazar Madera, pues como presidente del PAN en Durango, nadie mejor que él, sabe la realidad del partido en esta entidad y las decisiones que se deben tomar a partir de ese conocimiento, mismas que no se pueden tomar a la ligera, pues en el pecado bien pudieran llevar la penitencia, máxime por una posible injerencia de la dirigencia nacional en un claro desconocimiento de lo que pudiera provocar una decisión semejante, es decir, que no se escuche lo que opina la militancia a nivel local y obviar de igual manera lo que opinan los más importantes liderazgos de esa triada partidista, la cual tiene la gran encomienda de convertir a Durango en una isla electoral, lo que no será sencillo de lograr, si las decisiones que se tomen no son las adecuadas.