Uno de los conceptos más apasionantes de los wixaritari es el “Niérika”, el cual, según sus tradiciones, permite la comunicación de las personas con los dioses y, al mismo tiempo, con los antepasados. En 2014, la Secretaría de Educación Pública a través de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB), reimprimió el libro “Wixárika, un pueblo en comunicación”, el cual, de manera general da cuenta de las principales características de esta cultura que habita en la Sierra Madre Occidental de nuestro país, principalmente en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí. A los wixaritari (plural de wixárika) a veces se les llama, equivocadamente, huicholes. La palabra huichol quiere decir “el que huye” y ellos no huyen. El término wixárika significa “persona de corazón profundo que ama el conocimiento”. Éste es el nombre verdadero del pueblo wixárika; según se explica en esta obra dirigida a un público infantil. El pueblo wixárika sabe que el sol, la tierra, el viento, las nubes, el agua y la semilla se relacionan con la milpa, el trabajo, el alimento, la alegría y los lazos comunitarios. Los wixaritari saben que, en la naturaleza, es necesario mantener vivos los lazos que nos unen a todos con todos, preguntar a los otros cómo han estado y qué necesitan, que los otros sepan cómo estamos y qué necesitamos. Los wixaritari saben que así, en comunicación, todos podemos estar mejor, sentirnos acompañados y saber que formamos parte de un mundo que es nuestro y al que todos pertenecemos. Uno de los conceptos más apasionantes de los wixaritari es el “Niérika”, el cual, según sus tradiciones, permite la comunicación de las personas con los dioses y, al mismo tiempo, con los antepasados. El niérika es un sistema que permite a los wixaritari entrar en contacto con la vida misma, con los antepasados, con la historia de su pueblo y, de manera compleja y rica, con toda la sabiduría acumulada en el universo. El niérika es umbral y ventana; una especie de límite o de frontera que, a la vez, separa a las cosas y las pone en contacto. Es como un velo sutil, casi imperceptible. El hi’ikuri o peyote, forma también parte fundamental en la cultura de los wixaritari, éste es un pequeño cactus que aparece sobre la tierra, pero no en todas partes, sólo en Wirikuta, que es uno de los principales lugares sagrados del pueblo wixárika, y se localiza en el estado de San Luis Potosí. Dicen los gobernadores wixaritari que Wirikuta no es algo que se pueda poseer, es una entidad efímera en la que cada uno toma el conocimiento por su cuenta, solamente haciendo el camino y el peregrinaje se obtiene la sabiduría, sin embargo, si este lugar es destruido, la sabiduría se perdería. El peyote es uno de los principales instrumentos del niérika. Gracias a él, los sacerdotes platican directamente con los dioses durante sus sueños y cuando cantan. Los dioses instruyen a los sacerdotes a través del peyote, los aconsejan para tomar decisiones. Algunos consideran que el peyote equivale a un libro en el que reside todo el conocimiento. El pueblo huichol o wixárika es uno de los 68 pueblos originarios que conforman la nación pluricultural denominada México. Diversos investigadores extranjeros y mexicanos han considerado a los huicholes o wixaritári un pueblo de artistas que elaboran objetos rituales y utilitarios de gran belleza plástica. En Durango el nombre de tepehuanes o tepehuanos es el único que la gran mayoría de duranguenses conoce. Los tepehuanes se llaman a sí mismos o’dam, ya tienen hasta una constitución en su idioma y casi todos los programas sociales son para los miembros de esta población que en su gran mayoría se asientan en el municipio de El Mezquital, de donde han salido presidentes municipales y hasta diputados. Como que ya chole, hay que tomar en cuenta a los wixaritari, ellos también son duranguenses. No lo olviden, Wixárika (se pronuncia ‘virárica’), significa persona de corazón profundo que ama el conocimiento.
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