No cabe duda que las prácticas que por muchos años implementó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en cuanto a la designación de sus candidatos, están cambiando, por lo menos para la elección del próximo mes de junio, y dicho por la propia dirigente estatal, Daniela Soto Hernández, no se basarán en las posiciones que normalmente le correspondían a sus sectores como la CTM, la CNOP y la CNC, pues las formas de hacer política y de buscar tener una mayor porcentaje de votos se ha modificado drásticamente, de entrada porque ya no son el partido hegemónico.
Por décadas estas prácticas más allá de ser necesarias o que marcaran la diferencia en las urnas, tenían que darse pues eran constantes las amenazas de los tres sectores del Revolucionario Institucional para obtener senadurías, diputaciones, regidurías y desde luego hasta gubernaturas, pues de no hacerlo se corría el riesgo de “llevarse” los votos que estas organizaciones representaban a otro lado, vamos, era la forma en cómo se entregaban esas “cuotas” a las dirigencias para que no se generara una desbandada al interior del tricolor. Hoy todo ha cambiado, y creo que esto sí podrá abonarle a que en la alianza que se formalice con el PAN puedan llevar a perfiles que realmente le sumen.
Oportunidades.
De concretarse y avalarse por quienes deciden en este partido, creo que esto abre muchas oportunidades para nuevos cuadros priistas, pues fue una constante que parte de la “disciplina” era esperar su turno porque la mayoría de los espacios ya estaban definidos para los “cetemistas”, “cenecistas” y para los “cenopistas”. Creo incluso que éste, entre muchos otros, fue uno de los factores por los cuales el PRI dejó de ser el partido competitivo de hace algunos años, pues a pesar de que los espacios de representación proporcional eran para los sectores en mención, resulta que casi siempre eran los mismos personajes los que andaban de un lado a otro, en el caso de lo federal, pasaban del Senado de la República a la Cámara de diputados, y viceversa; evidentemente eso desanimó a muchos cuadros.
Votos.
Ahora, se debe reconocer que también desde hace algunos años ningún sector u organización al PRI representan la cantidad de votos que normalmente manifiestan al momento de las negociaciones para la “repartición” de candidaturas, pues además de que es difícil tratar de incidir en el sufragio de los ciudadanos, también el desencanto en cuanto a la política ha crecido de manera exponencial, y eso es fácil argumentarlo con los altos porcentajes de abstencionismo que se refleja en cada proceso electoral. Creo que hoy los sindicatos, movimientos, organizaciones y asociaciones que formen parte de cualquier partido político, deben tener algo que es fundamental que es la motivación, que los ciudadanos realmente nos sintamos representados, y en muchos de los casos no pasa así.
Cuadros.
Por eso también creo que el PRI dejó de producir cuadros políticos, pues de nada le sirvió a muchos jóvenes tener una preparación política durante algunos años para terminar siempre en donde mismo, pues los líderes de los sectores terminaban definiendo, a veces solo por compromiso o “compadrazgo” en las posiciones en juego; una clara desmotivación que cualquier ser humano padecería. En términos futboleros, de nada sirve estar en la “banca” esperando entrar al “juego”, si los que están adentro no quieren salir, así sean veteranos.
Construcción.
La construcción de las planillas deben tener esa visión, que los sectores dejen de “meter la mano” en las posiciones, y que si el PRI quiere realmente mantener a la entidad bajo sus colores en la alianza con el PAN, ambos tienen la obligación de mandar a sus mejores “jugadores”, quienes tengan trabajo y “arrastre” social, “sangre” nueva en la política, eso requiere no solo la entidad, sino también el país.