Los blanquiazules de Lerdo dan la impresión de que son una voz en el desierto. Para referirnos a ellos, tendríamos que parafrasear el título de la novela de Marcel Proust: en busca de los valores perdidos. Bastó un manotazo en la mesa del jefe político del PAN, que no son ni Jorge Romero y mucho menos Mario Salazar, para que aceptaran los viejos vicios del PRI como el dedazo. Hace apenas algunos días los panistas lerdenses, le hicieron creer a la sociedad “que no querían nada con el PRI” y quedaron como el refrán: el pez por su boca muere.
El 70% de la militancia panista de ese municipio, demuestra que el PAN a nivel estatal está secuestrado por el jefe del PRI y desde su despacho del Bicentenario, es la mano que mece la cuna. Ni modo amigas y amigos panistas de Lerdo, otra vez será. Como quiera las y los ciudadanos de Lerdo, les agradecen sus intenciones pero en política solo son, “una pura y dos con sal”. Pero también los habitantes de Lerdo, Durango, pueden sentirse orgullosos de tener en su municipio el ícono del nepotismo en el Estado de Durango, Homero Martínez y Susy Torrecillas se salieron con la suya: son una monarquía constitucional lagunera.
Hasta Rosario Castro y su sobrina, tuvieron que doblar las manos, fueron las primeras en apoyar la decisión de quien realmente manda en ese partido. No sería mala idea, que los panistas a nivel nacional adopten a Plutarco Elías Calles, en lugar de Manuel Gómez Morín y de una buena vez, aprovechando las campañas de afiliación se afilien de manera masiva al PRI y por fin, legalicen su concubinato político y así, ya no habría panistas de Abolengo, solo tendríamos panistas pragmáticos.
Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, Xóchitl Gálvez es el clásico ejemplo de una nueva generación de panistas, donde los colores del blanquiazul se pueden fundir con los colores del PRI. ¿Por qué las palomitas blancas vestidas de azul, cayeron en las redes del PRI? En primer lugar, la sociedad cansada del autoritarismo del PRI, llevó a Los Pinos a Vicente Fox Quezada. A partir de ese momento, dejaron de ser la mejor oposición, Fox “no sacó a patadas al PRI de Los Pinos” como lo prometió, en cambio, con el tiempo Vicente Fox sacó el priista que siempre llevó dentro.
Después, Felipe Calderón Hinojosa de encargó de ponerle un clavo al ataúd del PAN. Nunca pudo legitimarse como presidente de la República por el fraude que le hicieron a Andrés Manuel López Obrador. Los panistas probaron las mieles del poder y de los negocios, y se dieron cuenta que para gobernar necesitan al PRI. pero otra vez se equivocaron; hoy el PRI ya no es lo que fue, solo les quedan Durango y Coahuila es por eso, que desde el Bicentenario, “con acuerdos” les dicen lo que tiene que hacer, se quieren reelegir en el municipio pensando en la gobernatura, han de pensar: la candidatura común, bien vale una misa.
