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Más preguntas que respuestas

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Siguen divirtiéndonos quienes ahora se creen adivinos, con esfera de cristal, traje de mago y turbante de marajá, adivinan la integración del próximo equipo de trabajo del futuro gobernador constitucional Esteba Villegas.

Esta práctica adivinatoria surge cada vez que se elige un gobernante, es una oportunidad para que no pocos presuman de que conocen los secretos del poder político: sus negociaciones, acuerdos, compromisos, pago de facturas, y de todos los laberintos del poder en turno.

Llama la atención que ninguno aborda lo que la ciudadanía quiere, y es normal, lo importante es quedar bien con el próximo gabinetazo, y si atinan a alguno de los designados, correr raudos y veloces a decirle: “muchas felicidades, yo lo dije primero”. Formas tradicionales de iniciar, pretender iniciar, o, continuar, la relación, económicamente gratificada con el poder.

En este contexto, se da el impetuoso acercamiento con el futuro gobernante, lo que se llama, “la bufalada”, ir a los eventos, estar en la fotografía, aplaudir a rabiar y presumir de la amistad, todo a ver si algo toca del reparto de la burocracia.

Uno de los que corrieron raudo y veloz a la entrega de constancia de mayoría a Esteban Villegas, fue el rector de la UJED Rubén Solís Ríos, ya anteriormente sus seguidores se habían repartido, unos con Marina Vitela y otros con el Doctor Villegas Villarreal, para no fallarle.

Desafortunada ha sido la administración universitaria en cuanto a dar apoyos políticos. Se la jugó con José Ramón Enríquez, seguramente asesorados por la senadora Margarita Valdez. El resultado fue desastroso.

La presencia del rector en la entrega de constancia de mayoría, no se puede calificar más que de grotesco oportunismo, ya que siguen las impugnaciones y recursos de otras fuerzas políticas; será hasta que se le tome protesta como gobernador constitucional a Esteban Villegas, cuando deberán expresarse las felicitaciones protocolarias, antes, solo intentos de quedar bien de los oportunistas, que terminan haciendo el ridículo.

Es claro que los adivinos de la integración del gabinete, eluden mencionar perfiles de fondo, tampoco lo que los ciudadanos desean. No hablan de personas probas, capacidad comprobada, eficaces y eficientes, que los respalden valores. Ese no es el objetivo de los adivinos, sino el abrir puertas y ventanas para colocarse en la fila de las dádivas.

Le hicieron una pregunta ingenua a Esteban Villegas: qué si iba a gobernar con “amigos”, la respuesta fue “ni modo que con enemigos”, sin duda respuesta insuficiente, se le escapó la oportunidad de hacer definiciones de su futuro equipo de trabajo y saber con más detalles si empata con lo que la ciudadanía quiere.

Por lo pronto, sigue el secreto de cómo, el gobernador electo va a “enamorar al presidente”, cómo va a fortalecer apoyos, lograr inversión pública y privada, tejer empatías. Lo lógico es que presente al gobierno federal y al presidente un proyecto con las directrices que ha establecido López Obrador, lo que seguramente no será bien viso por los partidos de la alianza, que centran su estrategia en el golpeteo, al cual no se ha unido la gobernadora de Chihuahua Maru Campos, ni el de Querétaro Francisco Domínguez, ni creemos que lo haga la electa de Aguascalientes, Teresa Jiménez.

Como es normal en todo inicio de gobierno, muchas especulaciones y más preguntas que respuestas. O no.

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