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Como cada seis años: la esperanza

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Si son ciertos los datos que nos da el historiador Javier Guerrero Romero, en nuestro estado, “haiga sido como haiga sido”, con la llegada del médico Esteban Villegas Villarreal, el PRI habrá gobernado 105 años. En este contexto, no debe decirse que José Rosas Aispuro Torres fue el primer gobernador del PAN, porque los panistas hasta el momento siguen muy lejos del Bicentenario y muy cerca del PRI. Así las cosas. Con Esteban Villegas, el partido tricolor ya suma 21 gobernadores, y si la sociedad duranguense no toma cartas en el asunto, podríamos tener otros cien años de gobiernos del PRI. 

Mientras los duranguenses seguimos esperando que llegue el mejor gobernador, seguiremos siendo testigos del mismo ritual: el rey ha muerto, ¡viva el rey! Vimos abrazos para el que llega y la soledad para el que se va, dicen que la esperanza muere al último, ¿será? Entonces, la sociedad duranguense seguirá aferrada a ello, esperando que mañana Durango deje de ser de los estados más pobres del país y el menos endeudado. Mientras llega todo esto, tenemos, y no sabemos por cuánto tiempo, que vivir con la pesadilla, con la realidad del quebranto financiero que será de consecuencias inimaginables. Sin duda alguna, pronto pasará la borrachera de la llegada al poder, y mañana la cruda realidad. 

La clase política del PRI ha sido audaz para renovarse. El relevo generacional comienza con Ismael Hernández Deras, Jorge Herrera Caldera, el mismo José Rosas Aispuro Torres, y ahora con Esteban Villegas Villarreal. Algunos aseguran que Ismael Hernández Deras cambió la historia de Durango. Bueno, eso dicen. Otro relevo importante que ha realizado el PRI es con los gobernadores egresados de la UJED. En esta lista destacan Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio Esparza, Ángel Sergio Guerrero Mier, Ismael Hernández Deras, Jorge Herrera Caldera y Esteban Villegas Villarreal. El próximo gobernador no sabemos de dónde será egresado, pero no se sorprenda si sigue siendo de la UJED. 

Usted recordará la siguiente frase: en cada elección los mismos de siempre. ¿Qué hay de otros? Al menos a la distancia, si usted pudo seguir la transmisión en vivo del cambio de gobernador, fue testigo de lo siguiente: si usted no estuviera de acuerdo con que Ismael Hernández Deras hubiera cambiado la historia de Durango, una cosa sí es verdad. En esta ceremonia, por ejemplo, de alguna manera o de otra se encontraban muchas y muchos de los que han estado presentes en distintos puestos de elección popular o en la administración durante 18 años, y podrían ser 24 años con Esteban Villegas Villarreal.  Pero ese no es el problema. El asunto de fondo es que la sociedad duranguense no se ha atrevido a un cambio sustancial, solo un maquillaje social. ¿Será nuestro destino como el del puente encantado del Boulevard Francisco Villa?

Hoy, la sociedad duranguense vuelve a vivir de una nueva esperanza. Solo esperamos que las promesas de campaña se hagan realidad. Ya es tiempo de que llegue un gobernador que entienda que los recursos públicos no son de su patrimonio, que se dé cuenta de que no todo es el poder y la política. Que también practique los valores y la moral antes que la política. No vaya ser que siga vigente lo que dijo Gonzalo “N” Santos, “la moral es un árbol que da moras”. 

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