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Rechazan diputados el aborto; aquí algunos puntos a analizar

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El día de ayer amanecimos con la noticia de que, durante esa madrugada, los integrantes del Congreso del Estado votaron en contra la legalización general del aborto, lo que despertó  el enojo de los sectores que apoyaban esta propuesta de legislación y la ira de los colectivos feministas, que no tardaron en llenar de pintas el recinto legislativo.

En lo personal, yo me preguntó ¿Qué tan necesario es realmente legalizar el aborto para toda persona que quiera hacerlo? Porque se trata de eso, que la persona quiera terminar el embarazo, no de que sea por una necesidad, y claro que dudé en escribir al respecto, porque es un tema escabroso, que, sin importar la postura o tendencia, me dejará mal parado con unos o con otras, pero hay datos que poner sobre la mesa.

En diversas entrevistas en medios tradicionales y en canales de YouTube, cuentas de Facebook, Tiktok e Instagram, y en pláticas directas con grupos y personas que exigen la legalización del aborto, se basan principalmente en tres argumentos y vamos a revisarlos; el primero, que si una mujer es violada y resulta embarazada, tiene derecho de abortar; si una chica es menor de edad o no tiene los recursos necesarios y no la apoya el padre del bebé, debería abortar; y si la mujer tiene un proyecto de vida bien formulado y no es el momento de tener un bebé o simplemente no quiere tenerlo porque no le es conveniente a ese proyecto, debería poder abortar.

Hablando del primer punto, cuando un embarazo es resultado de una violación, hay que decir que ya es legal interrumpirlo, eso ya está garantizado hace años, pero debe tener sus candados (como es lógico) para que no se abuse de esta figura, ya que, al ser causado por un delito, debe haber la denuncia correspondiente y un análisis psicológico, sin revictimizar a la parte agredida claro, y ese punto es en el que todavía nos falta sensibilidad, pero de que es legal, sí lo es.

Y legalmente también se tiene el respaldo del sector salud cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre o cuando el producto tiene alguna malformación o complicación que no le permita vivir tras el nacimiento, y si bien hay algunos colectivos o personas que abordan estos puntos, la mayoría no los toma en cuenta, pero recalco, en estas condiciones sí es legal terminar el embarazo.

En el segundo escenario que plantean los proabortistas en los medios y redes, cuando no se tienen los recursos o el apoyo para dar una vida digna a esa personita, es un punto que descartan varias figuras como Agustín Laje, como una razón viable o loable para abortar, es injustificado bajo ese argumento, incluso, personajes como Emmanuel Danann, han comparado esto con una medida asumida por los nazis y justificada por el médico de la SS en los campos de concentración, Josef Mengele, al decir tal cual, “que no nazcan los que no tengan condiciones dignas para vivir”; y en el tercer argumento, que tener un bebé no va con su proyecto de vida, tiene el mismo peso lógico, ninguno.

La cuestión es que, para llegar a un aborto, se deben tener en cuenta las afectaciones físicas, como es el daño al útero, y sus posibles secuelas, ya que pueden llegar a tener dificultades posteriores para lograr un embarazo o, en el peor de los casos, quedar incapacitadas para ello; le siguen de la mano las consecuencias psicológicas, el arrepentimiento que muchas sufren por haberlo hecho, o el trauma de pasar por esa situación.

Por otro lado, recordemos que cuando se legalizó el aborto voluntario en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, se dispararon las cifras, pero las mayores practicantes de esta medida eran jovencitas entre 16 y 24 años, por lo que había muchachitas que a los 18-20 años ya se habían practicado más de uno, porque lo comenzaron a tomar como una medida de control natal en lugar de recurrir a los anticonceptivos, esto es una afectación social.

Además de las consecuencias física, psicológicas y sociales, hay que ver qué resultará más caro para el estado, estar atendiendo desde el sector salud los abortos de manera indiscriminada, o el actuar mediante la prevención, lo que hace de manera permanente y tal vez valga la pena redoblar esfuerzos, pero también se debe hacer desde el sector educativo y el hogar, recordar que antes de un embarazo, hay métodos anticonceptivos tradicionales y de emergencia, que todo se evita actuando a tiempo.

Y por último, quiero recalcar que, a pesar de mi creencia personal, aquí no digo si está bien o mal abortar, si se debe o no despenalizar, si se debe o no hacer de forma gratuita y a toda mujer que lo solicite, yo sólo pongo sobre la mesa todo lo que se debe tomar en cuenta para legislar al respecto o ser parte del hecho en la práctica, cada quien decide si se cuida, cómo se cuida y si hace lo necesario para no llegar a ese extremo.

Y como apunte extra, la inmensa mayoría de médicos (hombres y mujeres) que conozco y con los que he tratado el tema, además de los que se han manifestado en redes sociales y medios a nivel nacional e internacional, dicen no al aborto.

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