Nada sencillo pinta el reto que se propuso el presidente Toño Ochoa durante los tres años de su administración, pues hablar de que en este periodo de tiempo se habrán de pavimentar un millón de metros cuadrados, genera buna expectativa respecto a este asunto que siempre termina siendo el “talón de Aquiles” de todas las administraciones municipales; desde luego es una acción realizable, pero sobre todo supervisable, principalmente por los propios ciudadanos.
Existen varios elementos que se conjugarán para que esta meta sea posible para finales del 2025, que es cuando estaría concluyendo su periodo como edil, el primero de ellos es en relación a la maquinaria que se recibió por parte de la anterior administración, algo que le estará permitiendo dejar de arrendar con empresas particulares, lo que implicaba mayor gasto pero también estar supeditados a los tiempos que les vayan marcando, por el contrario, tener ya la infraestructura y el personal suficiente implica solo hacer una calendarización de las áreas que se habrán de atender, porque estamos hablando que se deberán cubrir por año, alrededor de 330 mil metros cuadrados, y de ahí habría que descontar los meses de lluvia, que impiden estos trabajos.
Otro punto a destacar es en relación a que el recurso que se habrá de utilizar, alrededor de 280 millones de pesos en estos tres años, se está proyectando que sea con recurso propio, es decir, Toño Ochoa le apuesta en gran medida al uso eficiente del recurso para llevar a cabo esta meta, pues no habría que estar esperando ingresos de otros rubros, como las participaciones federales o programas pertenecientes a los ramos que se manejan en la legislación, pues habría una planeación financiera para que se vayan destinando los recursos necesarios en la compra del material que se necesita para la pavimentación de esta superficie, que dicho de otro modo, representaría pavimentar algo así como 144 Estadios Azteca.
Creo que Toño sienta un buen precedente con esta meta, respecto al equipo que lo acompaña, pues en funcionarios como Ignacio Orrante, de finanzas, y de Javier Chávez, en obras públicas, recaerá prácticamente todo el trabajo de planeación, ejecución y supervisión de las obras que se vayan desarrollando. Pues por un lado financieramente hablando deberá existir el respaldo al ritmo de trabajo que se esté diseñando, y ahí es donde el actual director deberá centrar parte de su visión, también apoyado por su equipo de trabajo, pues además de estas acciones, Nacho Orrante debe estar también centrado en mantener los equilibrios financieros para atender todos los temas que se demandan en la capital del estado.
Este tema de pavimentar un millón de metros cuadrados, es quizá el sello que Toño Ochoa busca dejar a su paso por el Ayuntamiento de la capital, y al concretarse como todo apunta que podría suceder, políticamente sería importante en su carrera política, porque hay que considerar que el 2023 será de muchos retos para los gobiernos que acaban de asumir, pues al no haber proceso electoral, estarán enfocando todas sus “baterías” a darle respuesta a las demandas sociales, y de manera natural se daría un crecimiento en lo político. Por lo que habrá que estar muy al pendiente del avance de este compromiso y de los tiempos en que se desarrollan, pero sobre todo, los propios ciudadanos nos percataremos de ello constantemente.
Pajareando.
Será clave para el gobierno de Esteban Villegas, la relación que construya Rocío Rebollo al frente de la Secretaría de Bienestar del estado, con las instancias federales, pues es a través de estas dependencias donde se ejecutan los programas sociales de López Obrador, y la lagunera conoce bien el tema social, y las necesidades de cada región, de ahí que mientras haya diálogo constante y de respeto, la ex alcaldesa de Gómez Palacio estará entregando buenas cuentas a las familias que aquí vivimos.
