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No se confundan, las tropelías del pasado… se deben cobrar, a los del pasado.  

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La mayoría de los duranguenses, tenemos un dejo de: frustración, decepción y coraje, respecto al caos, que nos dejó el auto nombrado  “gobierno del cambio”,  y es que a pesar de los desinfórmados, ingenuos o malintencionados, que aseguran que no existe  novedad, y que tan solo estamos viviendo un déjà vu sexenal, la realidad es completamente diferente. Si bien es cierto, que los gobiernos anteriores, y sin excepción, han heredado deuda a las administraciones  venideras, esta es tan solo, la que corresponde  a largo plazo, se estila que el pasivo a corto plazo sea liquidado. Por supuesto que en la administración pasada, esto no sucedió, se está calculando que ambos rubros pudieran representar una cantidad similar. 

Rosas Aispuro, aseguró que la deuda que le dejó Herrera Caldera, casi ascendía a los 13 mil millones de pesos. Esta fue una afirmación recurrente, que se mantuvo hasta el final del sexenio, sin embargo, nunca fue documentada, incluso; no se dijo, ni siquiera de forma verbal, que rubros fueron los afectados, y en qué consistió realmente el desfalco. Pero  habría que recordar que Aispuro, manejó esa cantidad ( sin certeza ) como parte de su campaña para gobernador, además que su más recurrente promesa fue  asegurar que metería a la cárcel a los que dañaron el erario. Al final nunca se supo la magnitud de la deuda que dejó JHC, siendo su único actuar encarcelar a Rafael Herrera P. Y Guillermo Adame C. Quienes siempre fueron considerados “chivos expiatorios”, cosa que a la postre se comprobó, obtuvieron su libertad;  porque nunca encontraron pruebas en su contra, además que hoy se afirma, que el  supuesto adeudo, de los 13 mil millones, no llegaba ni a las dos terceras partes de lo que se aseguro. 

Y por supuesto, que con lo antes mencionado, no estoy defendiendo,  exculpando, dándole carácter de impoluto, o pulcro al gobierno de JHC, simplemente afirmo; Aispuro,  no comprobó  las acusaciones que hizo a su antecesor. Como yo tampoco pudiera acusar de robo,  al gobierno de Aispuro, esto a pesar de la percepción y del clamor generalizado, pero las investigaciones y la justicia son lerdas, y los que tenemos el privilegio de opinar en los medios de comunicación, debemos ser responsables de lo que afirmamos, puede que no tengamos dudas, pero debemos ser cuidadosos, si no tenemos pruebas. 

Lo que si puedo decir; porque así, lo han dicho  las autoridades, es que: Aispuro, deja  una deuda con un cálculo cercano a los  25 mil millones de pesos, y ahora si, se está especificando, informando y documentando, además con altas posibilidades que sea mucho mayor. En la mayoría de las  dependencias, se encuentra una nómina inexplicablemente abultada, con sueldos y compensaciones muy grandes, además de trabajadores que nadie conoce, y deudas enormes Un total desaseo financiero que ocasionó, que por primera vez en Durango, un gobierno no tenga para el pago de la nómina. Adeudo a la universidad, a  sindicatos magisteriales, a proveedores, a constructores, el adeudo a estos últimos dio como resultado, en la mayoría de los municipios, cientos de obras públicas sin concluir, “el Puente de la ilusión” es apenas la parte más evidente.

Pero también el desvío de recursos, es algo comprobado, el Estado dejó de entregar más de mil millones de pesos de participaciones federales que venían etiquetadas para los municipios. Con esto quedó al descubierto la falsedad del mote, con el cual se describió Aispuro, de ser un  “gobernador municipalista”, y la recurrente mentira: que no llegaban las participaciones federales. Pero tampoco entregaron a las empresas, los descuentos por nómina que se  hacían a los trabajadores por: compra de seguros de vida, vehículos, vivienda, muebles, y más, los cuales ahora se encuentran en “buró de crédito”  y con el reclamo de los empresarios que no recibieron el pago 

A pesar del hecatombe financiero que provocó Aispuro, el Gobierno de Esteban Villegas, no debe poner en riesgo los temas de educación, salud, programas sociales y obra pública, el replaqueo es un bálsamo a las finanzas del Estado, un pago que tan solo se adelanta un poco, no se trata que los ciudadanos paguemos  los platos rotos. Esta medida no es popular, pero si muy necesaria. Claro que ex panistas renegados como Rodolfo Elizondo, que siempre ha vivido del erario, ahora disfrazado de ciudadano, azuza a la ciudadanía contra el cambio de placas, se le olvida que el fue  coordinador de asesores con Aispuro, pero ahora pretende llevar agua a su molino para la entelequia ciudadana que representa. Las investigaciones continúan, las órdenes de aprensión empiezan a surgir, seguramente existirá  justicia. No se puede castigar al gobierno actual por las tropelías del anterior. Los 100 mil votos de diferencia el las urnas valen,  un voto de confianza al gobernador Esteban. 

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