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Con la pena

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No se gobierna con decretos. La gobernabilidad en sociedades que presumen de ser democráticas, se debe tomar en cuenta la opinión de la sociedad. Al parecer, la clase política no ha entendido que las redes sociales han sido un factor para informar y politizar a los ciudadanos. Hoy, Durango, como consecuencia del fracaso del gobierno de la alternancia, vive problemas complejos y difíciles. Quienes hasta el día de hoy nos gobiernan ya se dieron cuenta de que cada vez es más difícil el ejercicio del poder. 

Durango vive como nunca la máxima expresión de la corrupción. Llámese nepotismo, tráfico de influencias, supuestos delitos de peculado, desvío de recursos, ejercicio indebido de funciones y otras figuras jurídicas que pueden aparecer. Uno de los ejes de campaña de Andrés Manuel López Obrador fue acabar con la corrupción. Decía que la casa se debería barrer de arriba hacia abajo y no a la inversa. La actual administración debería hacer lo mismo, barrer el Bicentenario de arriba a abajo. La sociedad no desea que paguen justos por pecadores, o los intendentes y los conserjes de las secretarías. Lo mismo quienes hoy nos representan, más vale que no corran el riesgo. “Despertar el Durango bronco”. 

Por la situación que se vive, parafraseando a Martín Urieta, la sociedad duranguense respira por la herida. Ni siquiera hemos podido ver el costo social que puede pagarse por los recursos públicos desaparecidos por arte de magia por Beto “El boticario”.  También no deben olvidar que no se apaga el fuego echándole gasolina. Decimos esto por las protestas de la sociedad en contra del replaqueo.  Estas ya llegaron al Congreso del Estado, donde se votó a favor tres años antes. Hoy la sociedad se encuentra como la canción: yo no he de pagar por las deudas ajenas. Los ciudadanos relacionan el cobro del replaqueo con el robo de miles de millones de pesos desaparecidos en el sexenio pasado. Hace días se puro ver lo siguiente en las redes sociales: pagaremos el replaqueo solo si antes del 31 de diciembre están presos los responsables. 

Esto es sin duda una postura muy radical, y con la pena, tenemos que decir por qué. Este tipo de posturas, por justas que sean, no serán posibles, al menos en el corto plazo. Independientemente de los supuestos delitos que se hayan cometido por funcionarios de primer nivel, el marco legal vigente tiene sus tiempos y sus procedimientos.  De ejemplo tenemos al exgobernador del estado de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca. Desde hace tiempo, el exgobernador tamaulipeco enfrentó un juicio de desafuero, pero el Congreso de ese estado, de mayoría panista lo protegió, aun violando la Constitución federal. Hoy es considerado prófugo de la justicia, y por cierto jueces federales le han negado amparos. Si acaso en Durango un pez gordo es llevado ante un juez de control, tendría la presunción de la inocencia. 

Dice el refrán, no hagas cosas buenas que parezcan malas. En el Congreso del Estado, donde se legisla para hacer leyes o reformarlas, deben hacerlo en el marco de la Constitución federal. En la Constitución política del Estado de Durango existen las figuras del plebiscito, referéndum, iniciativas y consultas ciudadanas. En el caso del replaqueo, Enrique Benítez, Ricardo Pacheco Rodríguez y Ricardo López Pescador tienen el conocimiento y la experiencia en temas constitucionales. El replaqueo podría tener un costo social, porque no se puede secar el mar quitándole una ola. Al final estos impuestos que se recauden solo serán una aspirina para el desfalco financiero.

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