Aquí entre nos, les diremos que tuve unos días de receso, mientras me aclimato para controlar mi asma, y una leve lastimada en mi muñeca me impedía escribir, ya todo en orden regresamos a seguir tecleando.
Avance importante en la marcha de los conservadores a nivel nacional y local. Cifras van y cifras vienen, desde los que afirman que fueron medio millón según los cálculos etílicos de Felipe Calderón, o menos, mucho menos de quienes llegaron a afirmar que eran diez mil. Más allá de las cifras, los conservadores ya usan la movilización para manifestarse, lo cual es avance.
Históricamente las marchas para protestar han sido del pueblo, la clase media los veía con rechazo, condena, y quizá hasta con repulsión “deprimente espectáculo, seguramente decían”, casi se cubrían los ojos para no ver, los oídos para no escuchar, dejaban libre la boca para maldecir.
La vida dio un vuelco, ahora ellos salen muy ordenaditos, con pancartas bien hechas, con banderolas, cachuchas de marca, sombrillas multicolores, lentes para el sol y la piel cubierta de crema protectora, lo que daba color a sus expresiones pidiendo que no se tocara el INE.
La clase media (no toda), tardó más de ochenta años en salir a protestar, la causa era muy sencilla: Los caídos un dos de octubre o un diez de junio, no valían la pena: eran alborotadores que se lo merecían.
El ametrallamiento de hombres, mujeres y niños en “Aguas blancas”: se lo buscaron; como se ponen a exigirle tierras para sembrar y tener para comer.
Fusilaron a los de tlataya: salir a protestar por muertos de hambre, ni soñarlo.
Desaparecieron 43 normalistas: eran prietos y hasta indígenas, ni modo de quemarnos la piel por ellos.
Y la barbarie cometida contra los que lucharon con las armas en las condiciones adversas por un cambio social, sin que se les aplicara el estado de derecho: Bueno, recibieron su merecido.
Y los presos políticos: eran financiados por el comunismo Internacional.
Y la lucha contra la corrupción no valía la pena que salieran a protestar: cual corrupción, suena más a consigna de amargados y frustrados, mejor nos vamos a jugar canasta o golf.
Y el INE, en donde se mueven miles de millones en sueldos insultantes, con seguros médicos más altos que el costo de una clínica en el medio rural, con pagos de servicios como: coches de lujo, choferes, celulares (última generación), viajes pagados a diferentes partes del mundo; por solo citar algunas aberraciones políticas: Neurotizados los conservadores responden, por eso si entregaremos nuestra vida, quieren terminar con la democracia, salimos a defender a México.
Los conservadores sudan, se ponen pálidos, tiemblan como su tuvieran el mal de San Vito, cuando escuchan que se terminaran los legisladores plurinominales; con voz entrecortada dicen: Un golpe a la democracia. Cuando se les contesta que podrán seguir siendo legisladores con el voto de mayoría, su neurosis estalla, son herederos de Maximiliano y Carlota, no van a andar mendingando votos a los prietos y pobres, “hay niveles responden”, con un dolor de estómago que les obliga a buscar de emergencia un inodoro, (algunos no alcanzan a llegar).
Así fue la marcha clasemediera. Sin consignas sociales, sin contenido humano, sin utopías, sin calidad moral, sin lideres. Se sintieron los héroes que están en el umbral de retomar el poder. Solo que se les olvidó un detalle, no recordaron las felpas que les ha puesto el pueblo al que desprecian, en las elecciones. con lo que quedan reducidos a chatarra política, articulando alianzas vergonzantes. O no.
