Llamada en redes sociales como la “marcha de la venganza”, este próximo 27 de noviembre el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, buscará mostrar su “músculo” político ante la convocatoria que ha hecho para esta fecha, que me parece tiene otro objetivo, que no es el de informar a los ciudadanos en la víspera del primero de diciembre, cuando arribó al poder hace cuatro años.
A pesar de la serie de señalamientos y adjetivos vertidos por el Jefe del Ejecutivo a quienes convocaron y acudieron a la pasada marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), el pasado domingo, López Obrador podría haber sentido este movimiento como un reto personal de quién en este país tiene más poder de convocatoria, y teniendo como marco el primero de diciembre, pues busca mostrar a la oposición que a cuatro años de mandato continúa en el ánimo de los mexicanos, incluso más allá de algunos señalamientos que se han dado a conocer en la forma en que se solicita que acudan ese día de forma “voluntaria”, o abiertamente bajo condicionamientos, creo que el mensaje será claro, pues me parece que el inquilino de Palacio Nacional no podría quedarse de “brazos cruzados” ante lo que ocurrió el pasado domingo.
Pero me parece que también esto es un claro mensaje a los partidos que integran la alianza “Va por México”, el Revolucionario Institucional, Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, quienes en estos días definieron ir de nueva cuenta juntos en los procesos del Estado de México y Coahuila, es decir, López Obrador también envía con su marcha, una “probadita” del poder que tiene todavía Morena a nivel nacional, y la importancia que tendría para él obtener el triunfo en la entidad gobernada por Alfredo del Mazo, antesala de lo que podría ocurrir en el 2024.
Pero en ese afán de mostrar el “músculo”, me parece que el Presidente no ha medido una situación que se le puede salir de las manos, y es que con la presencia de los perfiles presidenciables morenistas, que sin duda estarán presentes, las “pasiones” se pueden desbordar precisamente si comienzan los gritos de respaldo hacia Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o Adán Augusto López, porque siendo realistas cada quien buscará llevar el mayor contingente y la encomienda será, además de hacer que sea una marcha numerosa, mostrarle a López Obrador quién de los tres goza de las mayores simpatías, y eso seguramente generará tensión en el recorrido del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo de la Ciudad de México.
Porque públicamente se sabe que el grupo cercano al mandatario está más enfocado en la sucesión que en las tareas que deben realizar por nuestro país, y exponerse así creo que el más damnificado será el propio Presidente, porque en verdad nada garantiza que no existan roces entre quienes defienden a su aspirante presidencial, y si en verdad desea que se cumpla el objetivo de decirle a la oposición quién tiene la “sartén” por el mango, deberá cuidar estos escenarios, y será ahí donde sus “adversarios”, como él los llama, evidenciarán que más que una marcha de informe, será una “pasarela” de presidenciables. De ahí que debemos recordar que en política “nada es obra de la casualidad.
Pajareando.
Mantiene el Congreso del Estado, a través de la comisión de hacienda, la revisión de las Leyes de Ingresos de los municipios, donde en un primer paquete se aprobaron 10. El reto es buscar los mecanismos para que puedan aumentar la recaudación, pero sin subir los impuestos, por lo que serán los ayuntamientos y administraciones quienes busquen las esquemas para hacerse llegar de recurso, evitando la morosidad en el pago de impuestos municipales al interior del estado.
