Desde un día antes al 27 de noviembre, diferentes personas desde varias partes de México y el extranjero, se dieron cita en el Ángel de la Independencia para acompañar al presidente Andrés Manuel López Obrador en la denominada marcha del pueblo. Desde las siete de la mañana en la zona del Paseo de la Reforma, todos los asistentes esperaban con ansias la llegada del presidente para caminar junto a él en la marcha. Muchas de las personas, aunque le duela a la oposición, llegaron en camiones, carros, transporte público, pues no se querían perder la oportunidad de ser partícipes de este momento histórico. “A mí nadie me paga, mi compromiso es con el presidente, amor con amor se paga”, se escuchaba en algunas personas que cuando no estaban gritando “es un honor estar con Obrador”, lo hacían con el clásico, “fuera el INE”. El presidente arribó a la glorieta del Ángel de la Independencia cerca de las 09:30 horas para de ahí, en compañía del gabinete, caminar con más de un millón de seres humanos que marcharon juntos con el objetivo de respaldar a la cuarta transformación. A lo largo de cinco horas y media, se sumaron varios contingentes de diversos estados y de organizaciones gremiales, agregado a ello la presencia de jóvenes fue notoria. Fueron ríos humanos en una fiesta donde miles y miles de personas fueron testigos de un hecho impresionante. En la denominada marcha del pueblo se desbordó el amor, el cariño y sobre todo la confianza en el presidente de todos los mexicanos, el Licenciado Andrés Manuel López Obrador. La movilización fue un éxito, y se dio en un contexto festivo, esperanzador, pacífico y de respeto. No se rompió ni un sólo vidrio. Al igual que la marcha del 24 de abril de 2005 cuando quisieron desaforar a López Obrador y destituirlo como jefe de gobierno de la ciudad de México, la del pasado domingo 27, es considerada como una de las movilizaciones pacíficas más importantes en la historia reciente del país. La más grande concentración humana en la República Mexicana, la marcha política más numerosa de la historia en el país. Una de las más grandes concentraciones habidas en el Zócalo de la ciudad de México. Una manifestación contundente que muestra a un Andrés Manuel López Obrador fortalecido ante los burdos ataques de sus enanos enemigos. Aquí vale la pena hacer una reflexión, todos los medios de comunicación y las benditas redes sociales hablaron de AMLO y los miles de participantes que anónimamente y públicamente participaron en la marcha. Sin embargo, nadie o casi nadie habló de los otros participantes, aquellos que sin ser nombrados estaban presentes, aquellos cuyas acciones motivaron la marcha. Me refiero a los adversarios de AMLO, aquellos que representaron el abuso de poder durante décadas, los mismos que en las elecciones del 2018 fueron repudiados por cincuenta millones de mexicanos. Esos también marcharon y en las elecciones presidenciales del 2024 van a volver a marchar, así como han marchado durante los ultimo cuatro años. La marcha del 27 de noviembre del 2022 constituyó un acontecimiento significativo en la vida política y social del país. Se trató de un evento inusual, presenciamos la movilización de ciudadanos en una manifestación pública directa y abierta de apoyo a la manera de hacer política por parte del gobierno federal. No cabe duda que la marcha fue un éxito, contó con el respaldo de muchos dejando en claro por enésima vez, que la inmensa mayoría de la población está con su presidente. Fue impresionante. Ya lo decía Carlos Pellicer: “Cuando a un hombre lo sigue un pueblo entero es porque el corazón en las manos lleva”.
