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Protocolo Alba 

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Las acciones para frenar la violencia contra las mujeres, han sido muchas y muy diversas. Durante marzo, a propósito del mes de la Mujer, se intensificaron dichas acciones. Foros, conferencias, manifestaciones, marchas y los ya famosos “tendederos”, exhibieron de nueva cuenta, el repudio de las mujeres frente a sus agresores. A pesar de ello, la violencia no ha disminuido, es más, nos hemos topado con que, quienes las agreden, han recrudecido la saña con la que lo hacen. Ante esta problemática creciente, es indispensable que exista una coordinación más efectiva entre las autoridades de los tres niveles de gobierno. El Ambiente Político en esta ocasión, aborda la iniciativa presentada por la diputada Marisol Carrillo Quiroga, en representación del Grupo Parlamentario de MORENA en el Congreso del Estado, con la que se pretende crear y aplicar el denominado “Protocolo Alba” en Durango. 

Definido como un proceso para la atención, reacción y coordinación oportuna entre los tres niveles de gobierno, comprometidos en la promoción y ejecución de actividades conducentes para la localización de mujeres y niñas con reporte de extravío, el “Protocolo Alba”, para la diputada Marisol Carrillo, es una herramienta indispensable en estos tiempos, que a más de 15 años de su implementación en Ciudad Juárez, Chihuahua, de acuerdo con datos oficiales, ha alcanzado el 98% de efectividad en cuanto a la localización de mujeres, en aquel municipio fronterizo, dado que opera de forma inmediata en su búsqueda, bajo la premisa de que las primeras horas, son cruciales para salvarles la vida. Por este motivo, 22 estados entre los que se encuentran Zacatecas, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guerrero y Veracruz, reconocidos por la violencia que en ellos impera, particularmente en contra de las mujeres, lo han implementado con la esperanza de disminuir las trágicas estadísticas que los definen.

El Protocolo Alba consta de 4 fases debidamente estructuradas, que indican la forma de operación, las primeras 24 horas, para la primera fase, y posteriormente, cumpliéndose las 72 horas para la segunda y 96 horas para la tercera. La cuarta fase se refiere a la actuación en caso de ser localizada la víctima con o sin vida. Sin embargo, la diputada morenista ha puesto hincapié en que, las primeras 2 horas, son determinantes para localizar a una desaparecida con vida. Ya no hay lugar para los “hubiera”, Carrillo Quiroga pone de manifiesto que el calvario que vive la madre (o la familia) de una mujer extraviada, es indescriptible, de ahí la importancia en una reacción inmediata que garantice la recuperación de la víctima, en la que las diferentes corporaciones se activen con premura, y que eso cargue de esperanza a ella misma y a quienes la buscan.

Afortunadamente la iniciativa del Protocolo Alba ya pasó en comisiones, y prácticamente es un hecho que se apruebe en el Pleno del Poder Legislativo. Desde luego, falta mucho por hacer para erradicar la violencia en contra de las mujeres. No se trata de proponer a diestra y siniestra iniciativas que se quedan solo en el papel, sino de impulsar herramientas de utilidad y efectividad probada, que impacten de forma positiva en la atención de la problemática que nos aqueja a todos. Ojalá que a la iniciativa de Marisol Carrillo, se sumen muchas otras acciones, que nos permitan, construir, más que una ley, una sociedad libre de violencia hacia las mujeres, que garanticen condiciones de igualdad y de pleno desarrollo para todas ellas.

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