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Sororidad en tiempos de cambio

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¡Qué difícil ha sido para las mujeres seguir avanzando en el Ambiente Político! Los cuestionamientos hacia ellas, en cualquier área de su vida, la mayoría de las veces son injustamente absurdos; desde luego, esto incluye los comentarios que vienen de otras mujeres. Vivir la sororidad en estos tiempos de cambio en nuestro país, les ha costado mucho. En Durango capital, la decisión de no incluir al Instituto Municipal de la Mujer en la fusión de dependencias que darán vida al Instituto Municipal de Desarrollo Humano y de Valores, ha sido acertada. Desde luego, influyó el llamado de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), así como las diversas voces de grupos feministas y defensoras de Derechos Humanos, pero aquí no se trata de un “juego de vencidas”, porque al final de cuentas, Toño Ochoa reconsideró esa medida, no hizo oídos sordos al reclamo, y por el contrario, ha enviado señales precisas de que las mujeres, son uno de los ejes primordiales de su gobierno.

La incorporación de Mina Argumedo al frente del Instituto en mención, fue bien recibida en el Cabildo y en los diferentes sectores de la sociedad, que ven en ella, a una mujer sin colores partidistas, con una interesante trayectoria forjada en el esfuerzo, sin padrinazgos de ninguna especie. Herminia Argumedo García, fue presidenta de la Federación de Colegios de Profesionistas de Durango (FECOP). En la administración municipal pasada, fue invitada por el entonces alcalde Jorge Salum, a dirigir el Instituto de la Familia, al que le imprimió su sello particular, al firmar la Declaración de Venecia, que comprometió a Durango, a convertirse en una Ciudad “Familiarmente Sostenible”, cumpliendo con los objetivos establecidos en la Agenda 2030 de la ONU. Actualmente forma parte del Patronato de la Casa Hogar del DIF Estatal, gestionando recursos para mejorar las condiciones de vida de niñas y niños que ahí se encuentran.

Mina Argumedo enfrenta ahora uno de los retos más complejos de su carrera como funcionaria, al tomar las riendas de un Instituto que le exige, de entrada, escuchar a todas las expresiones femeninas, para encaminarlas por la ruta de la sororidad. Dado que las mujeres entre ellas, difícilmente se perdonan los errores, el margen para Mina será limitado, lo cual es una realidad, pues ni siquiera había pisado las oficinas del Instituto, y ya se le estaban exigiendo resultados y cuestionando decisiones no tomadas. Sin embargo, el respaldo de Toño Ochoa, ha sido fundamental y ha quedado de manifiesto desde que anunció su integración al gabinete municipal. De alguna manera, este movimiento del alcalde, al mantener al Instituto Municipal de la Mujer y darle la encomienda a Mina Argumedo, ha sido un paso decisivo, que le permitirá observar a los perfiles en quienes podría recaer la titularidad del Instituto Municipal de Desarrollo Humano y de Valores, mismo que deberá entrar en operaciones en 15 días.

Toño Mier podría se uno de esos perfiles que pudieran ser tomados en cuenta para esta misión; es un cuadro joven y bien preparado. Con la visión puesta en el bienestar de las familias duranguenses, una profesionista como la maestra María Eugenia Pérez Herrera, también podría asumir el reto de la nueva gran dependencia. Su preparación académica está muy ad hoc para enlazar los objetivos tan diversos que el Instituto de Desarrollo Humano y de Valores requiere, pero al igual que Mina Argumedo, deberá librar una primera batalla, la de la sororidad, una difícil tarea, en tiempos de cambio.

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