Han sido semanas con hechos para valorar y sucesos que se aproximan que también vale la pena mencionar, los cuales abordaré sin un orden específico.
Primero, ya pasaron los días de la Feria Nacional Durango 2023, festejo del 460 aniversario de la fundación de nuestra ciudad, fiestas que siempre he dicho que son necesarias para los ciudadanos, porque nos brinda un escape de la rutina y nos permite ver espectáculos que no podríamos en otras circunstancias, pero independientemente de los números que las autoridades nos hayan querido poner en pantalla, lo que se quedará en la psique popular de esta edición será, la cancelación de El Tri, la cancelación de Sin Bandera, la cancelación de los eventos en la Explanada de Los Grandes, la caída del techo del abanico amarillo y el descubrimiento de los asistentes del negocio de banderillas que recogía las varas de madera de los botes de basura para volver a usarlos y ahorrarse unos pesos en ello, a expensas del riesgo de salud para los consumidores; en fin, es de lo que más se habla, lo que va a identificar a esta FENADU Villista.
En otro tema, se vivió un proceso de reforma electoral, donde la prioridad fue la participación ciudadana y la inclusión de varios grupos minoritarios, trabajos que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Alejandro Mojica, destacó las propuestas de la sociedad civil y la voluntad de los diferentes grupos parlamentarios para sacar este pendiente adelante, mientras la Coordinadora de los diputados de Morena y próxima presidente de la JUCOPO a partir de septiembre, Sandra Lilia Amaya, puntualizó las aportaciones que encauzaron desde su bancada en respuesta a las demandas de los duranguenses, así como la apertura de todos a trabajar por el bien común y no encasillarse en conflictos ideológicos, lo que augura que su tercera ocasión al frente de los trabajos del Poder Legislativo local seguirán la pauta de la conciliación y acuerdos parlamentarios que la caracterizaron en las dos ocasiones previas.
Otro temas que nos llama la atención es la fusión de dependencias que anunció el Presidente Municipal Toño Ochoa, para eficientar recursos, debido a que, según él mismo lo aseguró, esta administración está recibiendo menos recursos que las anteriores, situación que considero justificada porque yo mismo critiqué en su momento la separación de funciones del DIF municipal para crear el Instituto de la Familia, que además duplicaba servicios con Salud Mental, entre otros, pero eso fue parte de una táctica del exalcalde José Ramón Enríquez para engrosar la nómina del Ayuntamiento con su gente y tener más operadores políticos para posteriores elecciones, cuestión que también aprovechó Jorge Salum al sucederlo, por lo que se reconoce que el actual edil, lejos de servirse con la cuchara grande como ellos, trate de remediar el sobregasto causado por capricho.
En ese mismo tenor, habla bien de Toño Ochoa que, tras anunciar que el Instituto Municipal de la Mujer también sería absorbido (no eliminado) por Instituto Municipal para el Desarrollo Humano y de Valores, haya escuchado a los grupos de la sociedad civil que se manifestaron en contra, razonó sus argumentos con apertura y dió un paso atrás para corregir su decisión, cosa que no hace cualquier político, puesto que hemos visto a infinidad de ellos tomar medidas que, pese a la negativa social, nunca enmendaron, ni siquiera admitieron el error, al contrario, sostenían su postura con una cerrazón que incurría en la censura para quienes lo señalaban, y no hay que ir lejos, basta con mirar el sexenio pasado para varios de estos casos, por lo que es bueno saber que el alcalde escucha a los duranguenses y corrige el rumbo.
