Al parecer, las reglas de oro de la política mexicana, son para “el México de mis recuerdos”. Fue Fidel Velásquez, uno de los fundadores de la CTM, quien pasó a la historia por su frase: “el que se mueve no sale”. Eran los tiempos de la época dorada del PRI, donde nadie podía levantar la mano para sus aspiraciones políticas, si alguien lo hacía, era su tumba, porque nadie podía moverse sin la voluntad del señor que habitaba en Los Pinos por seis años.
Hoy las reglas del juego son otras, la clase política que aspira al poder, se la pasa haciendo campaña en busca de un puesto popular ya sea por primera vez o para reelegirse. Por esa razón, a nadie sorprende que el actual presidente municipal de Durango Toño Ochoa, haya levantado la mano con la intención de repetir tres años más. No hace mucho, en un programa que se transmite por redes sociales, le preguntaron que si dentro de su proyecto político estaba contemplada su reelección. Toño respondió: “cuando apuesto, siempre le voy al número 5”. Esto en clara referencia al 2025, cuando habrá en Durango renovación de las presidencias municipales.
¿Recuerda usted la frase del español José Ortega y Gasset, el hombre y su circunstancia? Esa parece ser, la frase que se le puede aplicar a quienes buscan un puesto de elección popular. Una mirada desde fuera, esa circunstancia le puede favorecer a Toño Ochoa para reelegirse. ¿Qué tendría a su favor el actual presidente municipal? En primer lugar, es la figura política y moral de los panistas locales. En segundo, no se ve quien le pueda competir en ese tema e impedirle que busque otra vez la presidencia municipal de Durango. Otro factor muy importante, hasta donde se sabe, su relación con quien despacha en el Bicentenario se considera excelente.
¿Cuál podría ser, para Toño un “prietito” en el arroz? Parece una ironía: panistas que aspiran a dirigir el PAN a nivel nacional, la mayoría han dicho que ya no quieren saber nada del PRI. Traducido al español, significa que en los planes de las blancas palomitas vestidas de azul, ya no quieren ir en alianza con el partido que hoy vive la crisis más grande de su historia. Esto significa que por fin, los panistas se dieron cuenta que el PRI no les ayudó a regresar a la presidencia de la República y el balance a la hora de hacer cuentas, no les favorece en la cámara de senadores y de diputados.
Pero también, el efecto colateral de no ir en alianza con el tricolor, tendría sus consecuencias a nivel local. No hace mucho, por voz de Miguel Lazalde nos enteramos que se hizo un acuerdo si van en alianza el PRI y el PAN, la candidata o el candidato tendría que ser del PAN. De suceder lo contrario, irían cada quien por su lado y en este posible escenario, el PRI no tiene candadita o candidato para ganar el municipio. Por cierto, desde Esteban Villegas los priistas, no han podido regresar a la presidencia municipal y como dijo Don Teofilito…