Evidentemente la virtual Presidenta electa de nuestro país, Claudia Sheinbaum Pardo, le debe gran parte del éxito que ha tenido dentro de la política a su “mentor”, al Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues ha quedado de manifiesto tanto la protección que le ha brindado ante situaciones complejas, como lo que ocurrió en la línea 12 del metro de la CDMX, como las postulaciones a las que ha tenido acceso tanto en la capital del país como para la máxima magistratura en México. Eso no se discute. Pero de ahí a que le otorgue una lealtad a prueba de toda traición me parece que no era lo que muchos mexicanos esperábamos.
Y es que en un evento público, el “inquilino” de Palacio Nacional recibió el refrendo a esa lealtad, cuando la ex jefa de gobierno capitalina le aseguró que nunca lo traicionaría, es decir, que durante los próximos seis años de la administración federal que habrá de encabezar, seguirá los principios bajo el cual está cimentada la Cuarta Transformación impulsada por el tabasqueño, quien a su vez aseguró, como en elogios recíprocos, que Claudia Sheinbaum Pardo será la mejor Presidenta en la historia. Evidentemente no se podía esperar menos en cuanto a la relación política entre ambos, la lucha que han emprendido durante años lo podrá avalar.
Corrupción.
No estamos en contra de que exista esa buena relación, que seguramente permitirá una transición “tersa” como lo ha asegurado López Obrador. Lo que preocupa de este tipo de declaraciones es que la próxima Presidenta de México envía un claro mensaje de que los actos de corrupción, por poner un ejemplo, si se comprueba que éstos se dieron durante este sexenio, que es casi un hecho de que así sucedió, no se habrán de investigar, pues de hacerlo casi podría significar un acto de deslealtad al proyecto y también al actual Ejecutivo Federal. Por lo que quienes aspirábamos a que fuera un nuevo estilo de gobierno, que generara un desmarque casi inmediato, pudiera atender estos casos donde se relaciona a familiares cercanos del tabasqueño.
Teléfono rojo.
Esta declaración también deja de manifiesto que quizá lo que externó Claudia Sheinbaum en campaña, de que ella será quien tome las decisiones, quizá no sea así, y se coloque uno de los teléfonos rojos en el rancho donde vaya a estar “en retiro” Andrés Manuel López Obrador. No tendríamos ninguna seguridad de que el actual Presidente realmente se vaya a despegar de las decisiones, pues esa lealtad y compromiso de no traicionar se basan en el principio de hacer las cosas que se le indiquen a la futura Jefe del Ejecutivo Federal; la mejor forma de no equivocarse y no traicionar un proyecto es mediante la obediencia, pues de otra forma no se puede explicar cómo se podrían tomar las decisiones sin afectar lo que se ha hecho durante los últimos seis años.
Equipo.
Otra señal que nos deja ver que efectivamente no traicionará, es en relación al equipo de gobierno que está armando Claudia Sheinbaum, pues parte de éste tendrá a personajes que ya han desarrollado alguna función al lado de López Obrador, como el caso de Zoé Robledo en el Seguro Social, quien, seguramente por indicación del tabasqueño, se queda al frente de esta institución para seguir con el proyecto IMSS-Bienestar, uno de los programas que más se han impulsado, y que ya quedó de manifiesto mantendrán el “dedo en el renglón” hasta conseguir que la totalidad de las entidades se adhieran al mismo.
Ilusos.
Creo que hemos sido ilusos quienes sí aspirábamos a que fuera una nueva forma de gobierno, nadie dice que no se desprenda de la ideología, eso es claro, pero sí de un estilo propio, basado en las necesidades actuales de los mexicanos, y me parece que Sheinbaum Pardo no está convencida de ello, de ahí su férrea lealtad, a pesar de que ella tenga el mando.
