Cuando todo parecía indicar que la carrera por la Rectoría de la UJED sería solo entre varones, surgió una nueva propuesta para esa misma aspiración, se trata de la Dra Nadia Patricia Mejía Rosales, una joven mujer que nos aseguran, cuenta con un sólido historial académico y profesional dentro de la máxima casa de estudios, lo que ha puesto nerviosos a más de uno dentro de esa competición, tal es el caso del secretario general, Julio Gerardo Lozoya, quien ha tomado la decisión de bajarse de esa contienda, acusando falta de apoyo, cuando en los hechos, traicionó a quienes lo venían impulsando, ello según algunas versiones universitarias.
Entre las propuestas que la Dra Patricia podría ofrecer a diferencia de sus contrincantes, la mayoría de ellos “viejos lobos de mar”, son nuevas formas de abordar las distintas problemáticas que imperan en la Universidad Juárez del Estado de Durango, por lo que una gestión joven y alejada de interés ajenos a dicha institución, bien pudieran representar nuevas alternativas de solución, por ejemplo, una administración eficiente y transparente de los recursos públicos, una demanda recurrente de los universitarios.
Entre el curriculum de la nueva aspirante a la rectoría de la UJED, se encuentran el haberse hecho cargo de la Escuela de Lenguas, misma que contaba con un solo programa de licenciatura y una escuela dividida, a causa de un proceso de auscultación interna que resultó complicada, fue ahí en donde Mejía Rosales mostró de lo que está hecha y logró la unidad entre las partes en conflicto, síntoma inequívoco de que es capaz de trabajar bajo presión y entregando los mejores resultados, al grado de que llevó a esta escuela a rango de Facultad, con la incorporación de programas de postgrado en el área de investigación edusgics educativa y enseñanza de la lengua inglesa, lo que no es un tema menor.
Otras de sus fortalezas, es que se sabe que es sumamente institucional en todos aspectos y a prueba de fuego, es decir, que no se voltea ante algún tipo de presión, una característica que deberá tener quien dirija los destinos de la máxima casa de estudios, pues los retos que se vienen, principalmente en la cuestión económica serán grandes y ahí no se puede flaquear, caso contrario, ello iría en contra del futuro de los universitarios, de ahí que ella misma plantee una relación de colaboración y respeto mutuo con los distintos niveles de gobierno, pero sin perder la autonomía que hoy demanda la máxima casa de estudios.