La Real Academia de la Lengua define el ridículo como aquello que por rareza o extravagancia mueve a risa, que es de poca estimación o de poco aprecio y consideración. Estar, poner o quedar en ridículo es quedar expuesto a burla o menosprecio de las gentes, de manera que el ridículo sería, a priori, un arma para denigrar y humillar. Cabe pensar que un político es un personaje sobreexpuesto y sometido constantemente al escrutinio de medios y redes, y solo por ese motivo debería ser más cauto de lo normal y realizar esfuerzos para evitar ponerse en evidencia. Sin embargo, el ridículo político se ha convertido en una estrategia comunicacional para personajes que tiene poco atractivo que ofrecer, y en ello la excandidata presidencial Berta Xóchitl Gálvez, se ha vuelto especialista. Con una botarga de tiranosaurio rex, en diciembre del 2022, la panista irrumpió en la sala de sesiones de la Cámara alta para protestar contra la propuesta de reforma electoral del entonces presidente López Obrador. El presidente de la Cámara de Senadores, Alejando Armenta, quien desconocía que adentro de la botarga se encontraba la senadora Xóchitl Gálvez pidió a resguardo parlamentario sacar del recinto al dinosaurio. Posteriormente cuando tuvo conocimiento que se trataba de la senadora del PAN, la llamó a retirarse a su escaño para continuar con la sesión y con el debate de la reforma electoral. Como forma de protesta ante la falta de acuerdos para nombrar a los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), en abril del 2023, algunos payasos del PAN y del PRI encabezados por Berta la Botarga se fueron a dormir en pijama al senado de la República, acción que fue criticada fuertemente en redes sociales por otros políticos y por la población en general. En redes sociales circularon varios videos sobre cómo “protestaban” los senadores, en donde se les ve acostándose en el suelo y riéndose en la tribuna con almohadas, cobijas, y algunos en pijama y sin zapatos. El ridículo triunfa en atmósferas públicas en la que ciertos personajes se presentan como caricaturas, sin ninguna vergüenza de serlo. Sale a colación lo anterior ya que la excandidata presidencial, Xóchitl Gálvez, interpuso los primeros juicios para impugnar la mayoría calificada de Morena y aliados en la Cámara de Diputados. La botarga acudió a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), acompañada de un puñado de ciudadanos, que al igual que ella, estaban de oquis, es decir no tenían que hacer. Tal parece que a Berta la Botarga aun no le ha caído el veinte, pues ella piensa y se cree líder y la gran salvadora de la patria, pues su más reciente ridiculez consiste en promover juicios ciudadanos contra la mayoría calificada de Morena avalada en el INE. Que se vuelva a disfrazar de dinosaurio o que se vaya de pijama al zócalo, porque el senado donde hacia sus ridiculeces ya se acabó. Que no se dará cuenta o acaso será necesario que alguien le diga que cuando era candidata podía llenar una plaza y ahora los dirigentes de los partidos que la postularon ni la pelan, que no se dará cuenta que solo un puñado de ciudadanos la acompañan en sus pírricas andanzas o mafufadas. O a poco cree que va a volver a ser candidata a la presidencia dentro de seis años, quizá si hubiera perdido por tres o cuatro puntos, pero después de la trapeada que le pusieron, mejor hay que pensar en reactivar el negocio de las gelatinas en vez de andarla pendejeando haciendo declaraciones que no tienen impacto y a nadie le interesan. O a poco Berta “la Botarga” Gálvez piensa que con sus ridiculeces se mueve la bolsa de valores, es causa y motivo para que pierdan los Yankees, cambia el escenario nacional o se va a quitar la máscara el hijo del santo. La única forma para que esta señora llame la atención, es que se vuelva a disfrazar de dinosaurio y se vaya al zócalo a declarar tonterías, o bien que se recorra todas las estaciones del metro en pijama para que lo volteen a ver. Antes estas ridiculeces las hacía en la cámara de senadores, pero ahora. La trayectoria política de Berta la Botarga, incluido su paso por el senado, no va más allá de la anécdota y el espectáculo, pero que se pude esperar no da pá mas.