Quien sabe como le llegó la información a la directora de la escuela secundaria, José Santos Valdez, sobre la prohibición de teléfonos celulares al interior de las aulas, pues giró instrucciones para que dichos dispositivos electrónicos (tres al menos), les fueran retirados a los alumnos de dicha institución y como ejemplo para que ello no se volviera a repetir, ordenó su destrucción mediante la incineración junto a otros artículos decomisados, lo que de inmediato provocó la indignación de distintos sectores de la sociedad, entre ellos, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y hasta de algunos diputados locales.
Ni siquiera el presidente de la Asociación de Padres de Familia en Durango, fue capaz de defender una acción semejante, pues una cosa es hacer valer esa nueva disposición, para que los alumnos no tengan distractores en los salones de clase y otra, llegar a los extremos con este tipo de medidas que sin duda, provocan un daño psicológico y de igual manera, un daño económico en las familias de esos jóvenes, mismos que vieron como un regalo o un instrumento para estar en comunicación con sus familias, se destruyó en cuestión de segundo y sin mayores miramientos.
Son muchas las voces que piden una sanción ejemplar para esta directora tras la medida adoptada que se hizo viral y que ha acaparado la atención de la ciudadanía en Durango, pues el tamaño de la sanción, deberá ser equiparable a la ocurrencia referida, de ahí que ya la Secretaría de Educación en el Estado haya ordenado a la Contraloría, hacer una investigación detallada sobre el caso para emitir las sanciones correspondientes, la que seguramente se llevará algunos días antes de que se haga pública la medida correctiva que tomará Guillermo Adame Calderón.
Un dato que no debe escapar a la vista, es que a decir de la multicitada directora, la decisión de destruir esos celulares, era en común acuerdo con los padres de familia, por lo que a su parecer, no se incurrió en ningún exceso y el tema se está exagerando, lo que sí, es que a ella solo le correspondía “confiscar” los equipos electrónicos y entregarlos a sus padres para que ellos, si así lo veían conveniente, destruyeran los celulares y no tomarse la atribución por ella misma como finalmente ocurrió, así que por lo menos una disculpa pública sí tendrá que hacer la directora, sino es que en una de esas la suspenden de manera indefinida.