El viejo adagio en “política no hay muertos”, aplica a los individuos más no a los institutos, una prueba fehaciente es la extinción oficial del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien según el INE a partir del viernes pasado es oficialmente “cadáver”. Sin embargo no se puede negar que fue un “muerto muy vivo” pues durante muchos años su cascajo anduvo pululandodentro del contexto político, como si de un zombi se tratara. De esta manera pudo obtener; regidurías, alcaldías, diputaciones, senadurías y hasta gobernaturas (aliado con otros partidos). Todo esto lo logró gracias a la vida artificial que le dio el Partido Acción Nacional por medio de las “alianzas de subsistencia” instituidas por el expresidente nacional del PRD, Agustín Basave durante el 2016, política partidista que a la postre continuó (en su segundo periodo)Jesús Zambrano.
Sin embargo no se puede obviar que Jesús Zambrano en su primer periodo como dirigente ya habría integrado en el 2012 al “Partido del Sol Azteca” al “Pacto por México” convocado por el novel presidente Enrique Peña Nieto. Un verdadero dislate, una incongruencia total, pues solo unos meses atrás, Zambrano, había acusado a Peña de espurio, y al PRI que en contubernio con el PAN, entonces partido oficial, le habían escamoteado la presidencia de la República al PRD y a su candidato Andrés Manuel López Obrador. El PRD no cambió de nombre, y probablemente tampoco de discurso, pero sus acciones fueron contradictorias, incongruentes, antípodas con sus principios, historia e ideología. La oligarquía del PRD en aras de obtener prerrogativas y demás beneficios ilegítimos, traicionó y dejó en la orfandad a sus huestes, quienes no vieron otra opción que el éxodo a otros institutos políticos.
A pesar que los últimos años del PRD transitaron como una “rémora azul”, la militancia de Acción Nacional nunca los aceptó, y por supuesto no los vio como iguales, aunque el PAN jamás dejó de facilitarles cuadros para que siglaran las candidaturas que les correspondían y que por falta de militancia, eran incapaces de cubrir. El PAN, desdibujó, diluyó al PRD, sin embargo el Instituto albiazul nunca se perredizó, aunque es innegable que ha perdido identidad, los militantes más ortodoxos continúan pensando que las alianzas dentro de Acción Nacional, son antinatura. Sin embargo este concepto actualmente puede ser arcaico, hoy la política es diferente, más que de partidos como en antaño es de bloques, de privilegiar convergencias respetando diferencias, pero sin olvidar el precepto que marcaron los fundadores, y que por cierto algunos militantes desconocen, “ frente a la ciudadanía los panistas deben ser distintos y distinguibles”.
La pérdida de identidad del PAN no es provocada por mimetismo con sus coligados como sucedió con el PRD, se cumplió el presagio de don Luis H.Álvarez, “Nunca nos derrotó la derrota, que no nos derrote ahora la victoria”. Cuándo los partidos políticos empezaron a recibir las prerrogativas que en derecho les correspondían, los fundadores del PAN se negaban a recibirlas, decían que “para no tener compromiso con el Gobierno”. En el 2000 junto con Fox llegó el pragmatismo, el nepotismo, la corrupción, además de los miles de nuevos militantes que llegan a los partidos junto con las victorias.
Miguel Gómez Morín, nieto del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, asegura que Marko Cortez “tiene secuestrado” al partido, le exige de inmediato dejar la diligencia “so pena” de irse junto con los 300 mil miembros activos, dejarles un cadáver sin su gente. Por su parte Ricardo Anaya, asegura que se requiere una reforma estatutaria a fondo o serán los últimos días del PAN, además aprovecha para expresar su apoyo como nuevo dirigente a Jorge Romero, el cual tiene acusaciones de estar vinculado con el llamado cártel inmobiliario, el propio Anaya no debe olvidar que el regresó a México, escudado en su fuero de senador y no porque hayan desaparecido las acusaciones de la FGR en su contra.
Aunque muy lejos del todopoderoso #Morena, el partido acción nacional en México, sigue siendo la segunda fuerza política, y la oposición por antonomasia. Por supuesto que los verdaderos panistas siguen creyendo y buscando esa “patria ordenada y generosa”. El PANdebe regresar a sus orígenes. Hoy el problema del PAN, no es las alianzas. El problema del PAN se encuentra en acuerdos vergonzosos que signa y exhibe la dirigencia nacional, la repartición de plurinominales entre amigos y compinches, las candidaturas de impresentables como Yunes Márquez, al que fue muy fácil agarrar de su enorme cola,