Durante las últimas semanas, la discusión y posterior aprobación de las reformas constitucionales impulsadas por la 4T, -la del Poder Judicial y la de la Guardia Nacional-, hizo -como coloquialmente se dice-, pasar aceite a los integrantes de la alianza PAN-PRI. Parecía que el vehículo electoral con el que resistieron la embestida del tsunami cuatroteísta del pasado 2 de junio, se iba a “desvielar” al arrancar en frio y en subida por la travesía de los temas legislativos más importantes de los últimos tiempos para nuestro país. Sin embargo, la alianza resultó ser “todo terreno”, adaptándose a sus particularidades partidistas, sin perder el enfoque en la pista 2025, la cual presenta desniveles y curvas peligrosas, que deberán sortear si desean conservar el volante en los principales municipios de la entidad, cuyas alcaldías estarán en juego, porque a estas alturas, una falla mayor en el motor aliancista, prácticamente, los dejaría “yonkeados” en el Ambiente Político.
Mario Salazar Madera y Ernesto Alanís Herrera, han sabido manejar esas situaciones complejas. Acción Nacional poco a poco viene unificando las piezas que le dan estabilidad a la suspensión blanquiazul. Recientemente, el jefe panista reunió a los principales liderazgos de todas las corrientes al interior, para establecer una mesa política de diálogo, que permita darle alineación y balanceo a los objetivos del 2025, considerando, desde luego, que su principal bastión sigue siendo Durango capital, pero su presencia en otros municipios, es fundamental para aumentar el rendimiento del motor aliancista. Es cierto que el PAN ha sufrido un desgaste irregular en sus neumáticos, como consecuencia de las propias alianzas, pero el panismo ha logrado entender que las condiciones del terreno así lo exigen, de tal manera que han sabido realizar la rotación de las llantas a tiempo y hasta han evitado las ponchaduras.
El PRI por su parte, mantiene velocidad constante en el territorio, sus diputados, regidores y liderazgos de sectores y organizaciones, revisan a diario el sistema eléctrico, para que no les fallen las luces que indican el camino marcado por el Jefe Político. Disciplinarse para ellos, es parte de su esencia, y vaya que lo han demostrado, ya que han puesto la direccional a tiempo, para indicar hacia dónde darán vuelta, principalmente en materia legislativa. Ernesto Alanís, ha sido muy claro respecto a las decisiones que se toman en el Congreso del Estado, y las que se están considerando para la travesía 2025. Además, todo indica que están muy al pendiente del sistema de enfriamiento, dado que al calor de las discusiones internas, se puede dañar el termostato, pero hasta ahí, es decir, no se visualiza nada que pudiera llegar a dañar el radiador.
Aunque no debe descartarse nada -porque a veces hasta un simple fusible, puede ocasionar un desorden-, todo indica que la alianza PAN-PRI, hoy por hoy, se mantiene firme. Ambos partidos tiene suficientes pilotos para manejar en las candidaturas que están en juego. Pudiera pensarse que ya pasaron lo peor de la terracería, y tal vez, vendrán otras pruebas preparatorias complicadas, antes de que se monten de manera oficial en la pista del proceso electoral 2024-2025, pero al menos ya se calaron, y apretaron tuercas y tornillos donde era preciso; engrasaron baleros y ajustaron a toda “la banda” que los hace valer con las “seccionales” del tricolor y en los “subcomités” del blanquiazul, al fin y al cabo, ya demostraron que ese vehículo aliancista, por lo menos, es a prueba…de reformas constitucionales.