Hemos escuchado decir en varias ocasiones: para curarse de una enfermedad, lo primero es aceptar que se está enfermo. Con sus matices, esta analogía les cayó como anillo al dedo a la llamada oposición, integrada por el PRI, PAN y ya sin el PRD. Ahora, con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, están cometiendo el mismo error que hicieron con Andrés Manuel López Obrador. Desde el primer minuto que rindió protesta como presidenta de México, empezaron a atacarla en los medios.
Si con esa estrategia piensan regresar a la presidencia de la República, si es pasión que se les borre. Cuando el PRI, PAN y PRD, perdieron en 2018 la presidencia de la República hicieron sus cuentas alegres: si vamos juntos en 2024, MORENA nos hará “lo que el viento a Juárez”. Y en efecto, hicieron ensayos políticos previos a la pasada elección presidencial, pero al final solo lograron conservar Guanajuato, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila y Durango. En el inter, perdieron el estado más importante del país y,ya encarrerado el gato, la sorpresa que se llevaron en Yucatán.
En este contexto de las alianzas, todavía se recuerdan las palabras del gobernador Esteban Villegas Villareal como consecuencia del triunfo aquí en Durango. Declaró en aquel entonces el gobernador: “Durango es un ejemplo a nivel nacional de que yendo juntos, podemos derrotar a cualquiera”. En política, esas ecuaciones no siempre funcionan. De esa manera, no es lo mismo ganar en alianza con el PRD y con el PAN Durango que salir victoriosos en busca de la presidencia de la República. En nuestro Estado, El PRI lleva gobernándonos más de 100 años, tal vez porque es el corazón de la patria, o mejor dicho un bunker del PRI a nivel nacional.
Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, cada día se comenta más que los focos rojos ya se encendieron en el Bicentenario, la razón: que ahora sí MORENA y sus aliados vienen por todo. Como se dice, los que avisan no engañan. Queremos pensar que la oposición ya se dio cuenta que no se puede gobernar en los medios, y tampoco atacando de manera tóxica a un presidente y ahora a una presidenta. En vez de ocuparse de construir un proyecto para competir con la 4T, o de ir pensando en una candidata o candidato para 2030, tienen una obsesión, el síndrome de Andrés Manuel López Obrador.
A unos meses de la elección, el PRI, PAN y PRD, no contaban con una candidata o candidato para la presidencia. Qué pronto se olvidaron de que fue el propio López Obrador quien les puso la candidata. Y en consecuencia, Xóchitl Gálvez fue utilizada para los intereses personales y de grupos, tanto por Claudio X González como por las cúpulas del PRI, PAN y PRD. El camino de estas alianzas será muy largo para regresar. El PAN, sin un líder moral, el PRI convertido con 5 millones de votos en la cuarta fuerza política, y de un PRD que ya forma parte de la historia política de este país.
