Los escenarios económicos para México pintan algo “complejos” justo previo a que se discuta y vote el Paquete Económico 2025, presentado por el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, y no precisamente porque influya del todo algunas proyecciones bastante optimistas de la Secretaría de Hacienda, sino por la reciente postura del Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asegura que desde el primer día de su segunda mandato habrá de imponer aranceles a los productos mexicanos y canadienses del 25 por ciento, si no se detiene el flujo migratorio; una amenaza que está cada vez más cerca de concretarse.
Y es que más allá de la carta que Sheinbaum Pardo presentó ayer en su conferencia “mañanera”, creo que este tema deberá atenderse a fondo, Marcelo Ebrard y su equipo deberán replicar lo que en su momento hizo mientras fue el canciller en la era de López Obrador y concretar acuerdos que impidan que este tipo de decisiones afecten las inversiones en nuestro país, pues hay empresas extranjeras que ven como posibilidad el territorio mexicano para instalarse y posteriormente enviar sus productos hacia Estados Unidos, y con esa postura del magnate, difícilmente tomarán la decisión.
Debemos reconocer que por parte del gobierno mexicano hubo incredulidad ante estas amenazas que se hicieron desde la campaña electoral estadounidense, y que hoy que parece que el asunto va en serio, y bajo el pronóstico de diversos analistas que consideran que vienen un Trump muy “revolucionado”, creo que lo primero que deberán hacer los diputados federales es tratar de ajustar lo más posible el Paquete Económico, pues de entrada se estima que la cotización del peso frente al dólar será por el orden de los 18 pesos con 50 centavos durante el 2025, y tan solo este anuncio incrementó el mismo hasta por arriba de los 22 pesos, y ello evidentemente traerá algunas reacciones en cadena.
Postura.
Siendo honestos una carta no va a ayudar en mucho a que el próximo Presidente estadounidense cambie de opinión, finalmente su objetivo es quedar bien con quien lo ha llevado de nuevo a la Casa Blanca, quien debe tener una postura mucho más firme y con argumentos económicos bien sustentados sobre la mesa, es México, pues este gobierno está obligado no solo a cuidar las inversiones de “casa”, sino también las extranjeras, pues éstas son las generadoras de un gran porcentaje de empleos para millones de mexicanos; si desaparecieran esas empresas porque no ven alternativas para sobrevivir, sería un verdadero “caos” social el hecho de que se incremente el número de desempleados.
Reacciones.
Y es que en verdad no se trata de ser “fatalistas”, simple y sencillamente el Gobierno Federal debe pensar y actuar en cómo puede contrarrestar una decisión de esa naturaleza. Si solo pensamos que un producto mexicano que entre a territorio estadounidense y que se le tenga que subir su costo para que pueda el empresario obtener una ganancia, y que los “gringos” de plano no quieran pagar ese aumento, pues ese producto caduca, es pérdida y con el paso del tiempo la empresa tendrá que valorar su permanencia en el mercado dado que no es costeable. Claro que México sale perdiendo, por más que se diga que la economía está fuerte, porque no obstante con eso, los productos chinos también estarían recibiendo un arancel de Donald Trump. ¿Entonces?
Gobierno.
Vamos a ver de qué está hecho este gobierno de Claudia Sheinbaum, pues a tan solo cuatro meses de haber asumido la responsabilidad se tendría que estar enfrentando a uno de los desafíos más importantes que tendrá durante los próximos cuatro años, donde coincidirá su administración con la del magnate, y más allá de los discursos y las “buenas intenciones” se debe garantizar la estabilidad económica, con, sobre y a pesar del “vecino” que nos toque. Tal cual.