Dejar a vara muy alta, es una expresión que se usa para referir que alguien o algo es tan extraordinario, que es muy difícil de igualar o superar. Para el año próximo van a cambiar las administraciones de los 39 municipios que conforman el estado. Ya desde ahora podemos ver el rostro de los aspirantes a ocupar el cargo de Presidentes municipales. Hay de todo, como en botica. Va desde cartuchos quemados, hasta perdedores de elecciones pasadas, hombres y mujeres que ya fueron autoridades y dejaron un fétido sabor de boca. También los hay ingenuos y ambiciosos, que piensan que gobernar un municipio es cosa fácil y más aún, cuando él o la que está a punto de irse realizó un trabajo reconocido y aplaudido por los ciudadanos. Desde el primer día de su administración y fiel a su costumbre, la señora Leticia Herrera Ale construyó un gobierno abierto y cercano a la gente. A los y oportunistas en política se les puede entender y comprender sus improvisaciones y ocurrencias, no dan para más, eso explica sus deshonestidades y corruptelas, se convierten en millonarios en tan solo tres años, y es que no saben hacer otra cosa que vivir de la ubre gubernamental. En cambio, a los políticos profesionales como Leticia Herrera, hacer cosas diferentes que le sirvan a la colectividad es una obligación, por eso, esa trabajadora e incansable mujer no batalla ni tantito en reconquistar a la ciudadanía cuando gobiernos anteriores dejan una estela de descomposición que provoca que los habitantes dejen de creer en sus autoridades municipales. Lo que menos perdona la sociedad de sus gobernantes es la deshonestidad. Cuando Leti Herrera llegó al gobierno municipal en septiembre del 2022, la alcaldía estaba tirada y abandonada. Con obras, con cultura, con ejercicios recreativos de arte y esparcimiento, con la recuperación de los espacios públicos y en otros temas relacionados con salud, educación, seguridad pública, Leticia Herrera logró una vez más que Gómez Palacio sea mejor. Igualmente se avanzó en temas de infancias, de personas mayores, de atención a personas con discapacidad y en general de atención a todos los sectores de la población. Leticia Herrera Ale, alcaldesa de Gómez Palacio, Durango, se lleva la gran satisfacción de que en lo que va de su administración dio resultados y logró sacar adelante la demarcación con trabajo duro. Por enésima vez, la señora Leti, -como cariñosamente le dicen sus paisanos-, deja un ejemplo de vida por todo lo que ha significado para ella hacer este trabajo. Y al mismo tiempo un sello de humanidad y sentido profundo de la política para entender qué es el servicio público. Una mujer inalcanzable y comprometida que siempre atiende a los que menos tienen, y que llega a lugares donde nadie más llega. Si las autoridades y los servidores públicos no cambian para bien la vida de la gente, no pueden ostentar esos adjetivos. De nueva cuenta Leti Herrera pudo hacerlo a cabalidad, no solo por sus atributos durante el tiempo que ha ejercido su cargo, sino porque, además, sigue demostrando cuánto se puede hacer por la gente cuando se lleva muy hondo el sentido patriótico de la transformación social. Y mejor que se quede una vara alta, porque las y los habitantes de Gómez Palacio merecen buenos gobiernos. Entonces, ojalá que la o el que llegue, sea mucho mejor y superen por mucho el estupendo trabajo de Leticia Herrera, porque los gomezpalatinos no quieren un presidente municipal mediocre. El legado que deja Leticia Herrera Ale es una vara muy alta, un ritmo de trabajo inalcanzable del estar presente todos los días.