Decía José Alfredo Jiménez: “pero todo, todo se acaba, la dicha grande también se va”. Y en política sucede algo muy parecido, hemos sido testigos de las carreras de políticas y políticos en el poder, que de pronto comienzan su declive. Ese podría ser el caso del controvertido y polémico, Alejandro González Yáñez, actual senador de la República por tercera vez, algo que muy pocos logran.
Hace unos días, en el registro de la coalición MORENA, Verde y PT, a pregunta expresa de los medios de comunicación declaró: “Hoy no aspiro a ser candidato a la presidencia municipal de Durango, la gente me lo ha pedido que sea candidato… ¡pero a gobernador del Estado! Diría el clásico, el pueblo es sabio. Por primera vez, Gonzalo con una carrera política de más de 40 años, por fin escuchó a la gente para hacer un alto en el camino. ¿Usted le cree? Nosotros tampoco.
Los enterados de lo que pasa en las cúpulas de MORENA, han comentado que le leyeron la cartilla al dueño del PT y le advirtieron: en esta ocasión no serás por ningún motivo el candidato de la alianza MORENA, Verde y PT, ya que tú en cada elección perdiendo ganas, negociando con los gobernadores en turno. Palabras más, palabras menos, eso le impidió a Gonzalo Yáñez figurar como candidato de la colación. También deja el petista de ser el llamado “candidato vitalicio” porque su negocio era ganar perdiendo y como dijo Juan Gabriel: lo que se ve no se pregunta.
Muchos opinan que Gonzalo nunca será gobernador, el sueño más grande su vida como político. Este 2025 tal vez, marca el ocaso de su carrera, pero aun así, no renuncia a sus sueños de ser gobernador, si fuera cierto, si es pasión que se le borre. Las políticas y los políticos piensan que el poder es eterno, cuando en realidad es lo más efímero que existe. En ocasiones, como dice la canción: “se sienten tocados por Dios”, y nos miran a los ciudadanos como sus súbditos o como su patrimonio y ejercen el poder con caprichos, confunden la nobleza de sus gobernados, se olvidan de que los llevamos al poder, pero también, se los podemos quitar.
Como dice el refrán: ¡lo paseado quien se lo puede quitar a Alejandro González Yáñez! El puede vivir el resto de su vida y varias de sus generaciones sin preocupaciones económicas, pertenece al selecto club de las y los políticos locales, que se han hecho millonarios sacrificándose por Durango. Gonzalo es un hombre culto y lector incansable, puede seguir haciéndolo, pero además, ya retirado un día de la política podrá escribir sus memorias donde nos cuente toda la verdad de los laberintos del poder.