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Alianza PRI y PAN, a pesar de Jorge Romero.

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Cimbraron las desafortunadas declaraciones que hizo el dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), en torno a que no estaba ni confirmada ni descartada la alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), prácticamente mostrando un total desinterés del diálogo que ambos líderes estatales han sostenido, pero además de que en nuestra entidad ambos institutos políticos tienen su jefe político; aunado a que se supone que los gobiernos de coalición han sido un ejemplo en nuestro país. El líder blanquiazul me parece que se adelantó a dar una declaración sin mucho sustento.

En Durango está más que claro que el PRI y el PAN se necesitan para ganar en la elección del mes de junio, y que el dirigente nacional asegure en esta entrevista en un medio nacional, que no hay pláticas entre los presidentes nacionales ni para la elección de este año ni para la del 2027, diciendo incluso que “ve muy difícil” que se concrete. El asunto es que aquí todos sabemos que está más que claro que esta alianza va, bajo el esquema de candidatura común, y será a pesar de Jorge Romero, quien además desde que estuvo en campaña dejó en claro que la alianza con el Revolucionario Institucional estaría viviendo sus últimos momentos, y hoy como el “mandamás” parece que mantiene esa postura.

Dirigentes estatales.
Algo que ha quedado más que confirmado, dicho por los dirigentes estatales de estos partidos, Daniela Soto Hernández del PRI, y Mario Salazar Madera del PAN, que la decisión se tomaría en Durango, y no necesariamente desde la CDMX, es decir, que existe toda la confianza para que esta candidatura común se concrete; algo que parece lógico toda vez que el ambiente político local está medido por quienes ejercen la política y que saben que los números entre ambos partidos les permitiría obtener el triunfo en los municipios más importantes, como en la capital.

Falta de acuerdos.
Algo que sí generan estas declaraciones en muy mal momento por parte de Jorge Romero, es respecto a la percepción de que hubo falta de acuerdos por parte de ambos partidos, de ahí que la determinación fuera que la alianza se inscribiera hasta el 16 de marzo ante el IEPC, ya que si el líder nacional de uno de los partidos es hora que no avala del todo esta coalición, pues menos la iba a “palomear” en las fechas en que se venció el plazo para el registro de las coaliciones totales o parciales, el pasado 15 de enero. Y de acuerdo a los dirigentes y legisladores tricolores y blanquiazules, todo es producto de una estrategia de la cual obtendrán mejores resultados. Un elemento más que permite considerar que lo del presidente blanquiazul no tendría sustento.

Dos estados.
Recordemos que para la elección de junio, solo en dos estados se votará para renovar los Ayuntamientos, Durango y Veracruz, es decir, no es que el presidente del PAN tenga más “chamba” en todo el país y que esto le haya impedido percatarse de los avances en las negociaciones locales, no, son solo dos entidades, y en el caso de Veracruz ni siquiera gobiernan ni panistas ni priistas, y en nuestra entidad es tan solo uno de los pocos estados donde sí gobiernan bajo el esquema de coalición, entonces ¿por qué Jorge Romero considera que las cosas deberían ser distintas en este proceso?, es algo que no se entiende.

Presión.
Ahora, si esto obedece a una estrategia del presidente del Ejecutivo Nacional del PAN para ejercer algo de presión, buscando que algún municipio en particular vaya siglado para el blanquiazul, pues también me parece un error, creo que debería buscar otras alternativas, simple y sencillamente porque el gobernador del estado es emanado del Revolucionario Institucional, y no me parece que vaya a ceder a “chantajes” de esta naturaleza. Debería buscarle mejor por otro lado.

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