Desde la reforma de Jesús Reyes Heroles en 1977, para darle voz a las minorías, no se ha logrado llegar a una reforma electoral, que acabe con las lagunas y océanos legales que tiene. El espíritu de las reformas hasta la de 2014, ha sido siempre la elección de nuestros representantes populares de manera directa, secreta y universal. Pero la verdad, resulta, que solo una parte son elegidos por la vía directa y el resto de manera indirecta.
Pero como usted sabe, de darle voz a las minorías, terminaron por enterrar las buenas intenciones de Don Jesús Reyes Heroles. Si la memoria no nos falla, en México tenemos más de 2450 municipios en los cuales según sea el tipo de elección, se eligen presidentas y presidentes municipales y sus respectivos cabildos. Pero realmente,a quien se elige de manera directa son a las presidentas y presidentes municipales, no así, a las regidoras y regidores que son por la llamada vía indirecta.
Cuando se habla de este tema, muchos la defienden diciendo que las regidoras y regidores son votados a la hora de elegir candidata o candidato a la presidencia municipal, porque al reverso de las boletas electorales vienen sus nombres. Pero esta explicación, no resuelve el problema de fondo. Si bien, se cumple con la ley electoral, la verdad que esta forma de elegir la deciden los partidos políticos como una solución política que representan en el cabildo sus intereses partidistas.
También, les sirve a los partidos políticos para pagar facturas y favores a los grupos de interés. A final de cuentas, cuando votamos para elegir presidenta o presidente municipal, en muchas ocasiones no sabemos quienes serán nuestras regidoras y regidores. Ya es tiempo que se haga una reforma electoral, para que la sociedad pueda elegir de manera libre, secreta y universal a quienes integran al cabildo. De esta forma, quienes aspiren a ser regidoras o regidores que se ganen ese derecho en las urnas para que verdaderamente sean legítimos representantes populares.
En la actual coyuntura electoral, se van a elegir en 39 municipios del Estado, en este contexto, solo basta echarle un vistazo a las listas de las regidoras y regidores. Así nos daremos cuenta de que los primeros lugares están ocupados por los favoritos de los dirigentes de los partidos. Y ya encarrerado el gato, las planillas del PRI y del PAN, fueron palomeados por los rumbos de la colonia obrera, ya lo dijo Juan Gabriel: lo que se ve no se pregunta. ¿Quieren que Durango siga “renaciendo”? Entonces: que se haga una reforma a la actual ley electoral del Estado, para que se puedan elegir las regidoras y regidores por voto directo, secreto y universal.